Jorge Sepúlveda, bombero y funcionario del Hospital Puerto Montt: ‘La vocación de servicio une a las dos instituciones’.

De adolescente, las sirenas que se escuchaban en las cercanías de su hogar paterno siempre llamaron la atención de Jorge Sepúlveda: la adrenalina de la emergencia y ver trabajar a los voluntarios marcó el inicio de su carrera bomberil, la que hoy -22 años después- lo lleva a vestir con orgullo el uniforme de la Segunda Compañía de Bomberos ‘Germania’ de Puerto Montt y a sentir una ‘pasión inexplicable por ayudar a las personas’.

Jorge, de 39 años, miembro de la comunidad de Bomberos -que este viernes cumplen 172 años prestando sus servicios a la comunidad y al país-, se desempeña como funcionario administrativo del Hospital Puerto Montt: institución a la que ha estado ligado durante toda su vida gracias a Bernardino Sepúlveda, su padre, que se desempeñó como enfermero por 40 años, y de quien confiesa, heredó desde temprana edad ‘su vocación de servicio’.

“En el hecho de ‘poder ayudar’, mi papá fue fundamental. Él era ‘anti bombero’, se preocupaba demasiado, y no le gustaba lo que hacía, yo trataba de no hablarle mucho del tema, pero hoy me ve con los años, cómo voy cumpliendo mis metas y se interesa por mi vida de bombero. Gracias a él aprendí lo que era ayudar, él siempre estuvo a disposición de las personas, de su profesión, de la enfermería”, comenta Jorge Sepúlveda.

El voluntario, que cumple funciones como inspector de Material Mayor en la institución, es -además- instructor de la Academia Nacional de Bomberos de Chile, labor que a diario renueva su vocación bomberil, ya que “es súper bonito poder enseñar, transmitir la experiencia, y así se va enriqueciendo esta carrera”, señala confesando que “nunca me ha dejado de apasionar el asistir a las emergencias”.

Una de dichas emergencias, y que recuerda como la más desafiante de su carrera, fue la ayuda que prestó como parte de los voluntarios puertomontinos que combatieron los incendios forestales del verano de 2017, específicamente en la localidad de Portezuelo, Región de Ñuble, donde “no se dormía nada, y se trabajaba siempre de noche, de día el calor no nos permitía hacer mucho, pero durante las noches se trabajó muy duro, pero puedo decir con orgullo que salvamos muchas casas”, indicó.

“Fue muy gratificante recibir el cariño de la gente, nos hacían comida, nos daban regalos, y la despedida después de la emergencia fue muy bonita, lo mismo que el recibimiento acá en Puerto Montt. Fue muy desafiante, pero fue un alivio contar con el apoyo de mi jefatura de acá en el Hospital que me dieron luz verde para poder dejar mi trabajo y partir a ayudar”, señaló de la institución donde se desempeña hace 7 años.

Y es que para Jorge Sepúlveda su labor en el HPM, tanto como en Bomberos de Chile tienen un punto en común bastante claro: “el vínculo es poder ayudar, ser un aporte, y ser partícipe de una ayuda o gestión que pueda guiar a las personas que necesitan ayuda. Esta carrera es muy linda, muy sociable, evidentemente tiene sus pros y contras, pero es un oficio muy lindo: quien quiera ayudar al prójimo, las puertas de bomberos están siempre abiertas”, concluyó.

Este 30 de junio, Bomberos de Chile cumple 172 años de existencia, conmemorando la fecha en que el primer cuerpo de esta institución se fundó en el año 1851 en la ciudad de Valparaíso. Sus 1.200 miembros activos, quienes pertenecen a las 320 Compañías que existen a lo largo del territorio nacional, son voluntarios. En tanto, el Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt cumplió el pasado 19 de junio 158 años al servicio de la comunidad de la región de Los Lagos.