El 16 de octubre se celebró el día del profesor con una noticia que no sorprende: mediciones proyectan que en tres años más, en 2025, tendremos un déficit de 26.000 profesores. Esto es la consecuencia de las malas políticas públicas, especialmente en el aumento de los puntajes de ingreso, apostando a que esto tendría como consecuencia mejores profesores.

Pues bien, aquí están los resultados de tomar medidas sin bases sólidas, y dejando de lado uno de los factores más importantes para la enseñanza, que es la vocación de servir. Con las condiciones impuestas para el ingreso de las carreras de pedagogía, nuestra nobel Gabriela Mistral jamás habría podido ser profesora.

Hace algunos meses, de visita en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, nos presentaron un diseño digno de imitar en Chile, que armoniza vocación con excelentes maestros egresados. Jóvenes con compromiso ingresan tempranamente, en 7° básico o 1° medio, a colegios especializados en formar maestros, similares a nuestras antiguas escuelas normales, y al terminar sus estudios, ingresan a la universidad por 2 años más, para adquirir herramientas científicas y técnico pedagógicas para ejercer la docencia.

Creo que este es un camino que se debería explorar para que tengamos más profesores con profunda vocación de servicio, y hagamos nuestra la enseñanza de Gabriela: “Enseñar siempre, en el patio y en la calle como en la sala de clase. Enseñar con la actitud el gesto y la palabra”