Pablo Rebolledo Dujisin, director de la carrera de Administración en Ecoturismo, Universidad Andrés Bello, Sede Viña del Mar.

Cada 5 de marzo, desde 1998, se conmemora el Día Internacional de la Eficiencia Energética, una fecha que pretende crear conciencia sobre el buen uso de la energía y su impacto en la lucha contra el cambio climático, relevando los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta.

Este año, queremos poner especial énfasis en el papel esencial que desempeñan los profesionales del ecoturismo y de la ingeniería ambiental en la búsqueda de soluciones sostenibles y transversales: el problema con la energía es que se obtiene principalmente a través de fuentes contaminantes, solo como ejemplo, en Chile, cerca del 40% de la energía eléctrica se produce con fuentes térmicas (carbón, gas o petróleo).

El turismo, un pilar económico sumamente relevante en Chile, es determinante en el desarrollo local y no hay territorio donde esté ausente, es uno de los sectores que contribuye más significativamente a la huella de carbono global, pues su consumo energético es sumamente alto. Es aquí donde el profesional del ecoturismo se convierte en un agente de cambio fundamental: su labor no solo implica guiar a los visitantes a través de entornos naturales, sino también educar y concientizar sobre prácticas sostenibles; estos profesionales han logrado asumir un liderazgo activo en la promoción de medidas que reducen la huella ambiental del turismo, especialmente en el desafiante ámbito del transporte.

Hablando de transporte, es imperativo reconocer el desafío que representa este sector en la búsqueda de la eficiencia energética. El traslado de turistas de un lugar a otro implica el uso de combustibles fósiles, ya sea en vuelos, buses, barcos o vehículos particulares, contribuyendo así al cambio climático. Este desafío no puede ser abordado desde una sola perspectiva, la necesidad de la multidisciplinariedad y la búsqueda de soluciones creativas no pasa solo por los especialistas en un ámbito, sino que en la capacidad de integrar las ciencias duras con la realidad social.

En este contexto, el rol de los profesionales de la ingeniería ambiental es fundamental, la eficiencia energética requiere un enfoque holístico. Estos profesionales son clave para identificar y aplicar soluciones en diversos campos, desde el diseño de edificaciones sostenibles hasta la implementación de sistemas de gestión de residuos eficientes y, por supuesto, la economía circular.

Estos son solo ejemplos de profesiones directamente relacionadas con las ciencias ambientales y la sustentabilidad, sin embargo, en este día hacemos un llamado a la reflexión y a la acción personal. Cada uno de nosotros, tiene un papel en la construcción de un futuro sostenible y un presente regenerativo, ya no basta como apagar el televisor o las luces cuando no estamos; es esencial educarnos sobre prácticas y tecnologías más eficientes, adoptar hábitos responsables y abogar por cambios significativos en nuestra comunidad y en nuestra industria, principalmente abordando nuestras prácticas de consumo.

Finalmente, este día no solo es una oportunidad para reflexionar sobre nuestros hábitos y costumbres actuales, sino también para inspirar un cambio significativo. Instamos a los profesionales universitarios y al sector político a liderar este cambio, trabajando juntos hacia un futuro más sostenible. La eficiencia energética no es solo un objetivo; es una necesidad imperante para garantizar la preservación de nuestro planeta; la responsabilidad recae en todos nosotros, y juntos podemos marcar la diferencia.