Este procedimiento, en cerca del 90% de los casos, permite a los pacientes con esta patología librarse de la terapia de insulina, ofreciéndoles una mejora significativa en su calidad y cantidad de vida. Sin embargo, hay que cumplir con ciertos requisitos para ser candidatos y, además, se debe considerar la dificultad de acceso a un órgano compatible, lo que requiere de un tiempo de espera de entre 1 y 2 años.

En las últimas décadas, la prevalencia de diabetes mellitus tipo 1 y 2 ha aumentado drásticamente, debido al incremento de hábitos poco saludables en la población, entre otros factores.  1 de cada 10 personas en el mundo vive con esta patología, según la Federación Internacional de Diabetes. Mal controlada crecen las posibilidades de comorbilidades y mortalidad prematura.

En casos más graves como pacientes que no superen el tratamiento con insulina o que experimenten complicaciones diabéticas progresivas, el trasplante de páncreas es la única solución.

“Es la mejor alternativa terapéutica para diabéticos insulino-dependientes, cuyo tratamiento tradicional ha fallado y/o han desarrollado insuficiencia renal, ofreciéndoles una mejora significativa en su calidad y cantidad de vida. Ya no requerirá continuar con dieta ni insulina, mejorará también el nivel de energía. Si la persona se dializaba, no necesitará hacerlo después de la intervención”, asegura el Dr. Javier Chapochnick, jefe de Cirugía y del Programa de Trasplante de Órganos Abdominales y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María.

Un artículo científico publicado en “Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism”, de la Sociedad Endocrina norteamericana, asegura que cerca del 90% de los trasplantados de páncreas, quienes tenían diabetes, se libraron de la terapia de insulina y de la necesidad de un control de glucosa tras el procedimiento.

Al igual que otros trasplantes, se debe acceder a una lista de espera que es universal. “Todos los pacientes entran al mismo registro, independiente de su previsión de salud. Por lo general, para poder realizar este procedimiento hay una demora de entre 1 y 2 años”, explica el doctor Chapochnick.

¿Quiénes pueden optar a un trasplante de páncreas?

  • Diabéticos tipo 1, candidatos a un trasplante de riñón.
  • Diabéticos tipo 1 con falla renal temprana.
  • Diabéticos tipo 1 que han sido sometidos a un trasplante renal y gozan de un buen funcionamiento de ese injerto.
  • Diabéticos tipo 1 sin falla renal, pero con esta patología severamente inestable.
  • Algunos pacientes seleccionados con diabetes tipo 2 no obesos.

“El paciente debe ser evaluado por el médico especialista y será necesario realizar exámenes de laboratorio, imágenes y un chequeo cardiológico. Una vez completada esta etapa, la situación de cada persona es evaluada por los integrantes del comité de trasplante para decidir si es apto. En Clínica Santa María contamos con un programa de trasplante que funciona desde el año 2014 y ya hemos operado a más de 50 pacientes, el que está abierto a beneficiarios de FONASA e Isapres”, afirma el trasplantólogo de Clínica Santa María.

Es importante considerar que después del trasplante se requiere utilizar drogas inmunosupresoras por el resto de la vida, para prevenir el rechazo del órgano, y mantener los controles periódicos con el equipo médico. Además, al estar inmunosuprimidos, los pacientes deben evitar el contacto con personas que estén enfermas.