María Jesús Honorato Decana Facultad de Educación Universidad de las Américas
Este 2023 el desafío para los educadores es enorme. Según la OCDE en su último Informe Education at a Glance, Chile fue el país que mantuvo más tiempo cerradas las escuelas. Sus consecuencias inmediatas: aumento de la inasistencia y la deserción escolar, problemas en convivencia y retraso en los aprendizajes. Estos problemas, además, deberán ser abordados por un cuerpo docente mayoritariamente agobiado, cansado y frustrado.
El Estado tiene la responsabilidad de proveer de todo lo necesario para que los maestros dirijan la titánica tarea de la recuperación. Sin embargo, el presupuesto del sector no parece ayudar mucho, ya que se reducen en un 13% los recursos para el Desarrollo Profesional Docente y Directivo y también para los programas de Mejoramiento de la Calidad de la Educación.
Para el caso de la educación parvularia no se entiende que los recursos destinados para este año mantengan la inequidad entre establecimientos que reciben a familias de igual situación socioeconómica: JUNJI tiene un aumento presupuestario de 5%, Integra de 3% y los establecimientos vía transferencia de fondo un 1,6%, en circunstancias que estos atienden a la mayor cantidad de niños del sistema. Las educadoras tendrán que duplicar los esfuerzos, pues además, la educación en este nivel fue la más afectada por la alta tasa de inasistencia crónica y de continuidad de aprendizajes. Según el Ministerio de Educación, el 64% de niños y niñas de prekínder y kínder tienen inasistencia grave.
Hay una característica en los educadores que requiere ser destacada: pese a todas las adversidades identificadas, en los profesores la vocación y el profesionalismo son determinantes. Con cierres de año extenuantes, se podría pensar que cuando los alumnos iniciaron sus vacaciones, los maestros querrían descansar, sin embargo, la excelente participación en diversas alternativas de capacitación en lo que va del año, habla de su interés genuino por aprender más.
La realización de la tercera versión de la Escuela de Verano de la Universidad de Las Américas demuestra que el compromiso por capacitarse, participar en espacios de diálogo e intercambiar experiencias sigue intacta. Más de mil 200 profesores de todo el país y del extranjero asistieron a los cursos de lenguaje, inclusión, currículo, entre otros.
La extensa oferta de cursos, charlas y seminarios sobre diversas temáticas educativas impartidas en todas las regiones del país, realizadas por distintos organismos como el Mineduc, el Colegio de Profesores, municipalidades, fundaciones y corporaciones, y el excelente porcentaje de participación, deja en evidencia que los educadores tienen la camiseta puesta por los niños y niñas de nuestro país.