Noviembre y diciembre son los meses en que se realizan los paseos de fin de año escolar, una tradición que es muy lúdica para los niños. Sin embargo, en estas actividades existen algunos riesgos, como los golpes por caídas dentro de la piscina. En este contexto, Dennis González, Director de la Carrera de Kinesiología de Universidad de Las Américas, explica que la asfixia por inmersión es un suceso de tipo traumático acontecido en un medio acuático, con o sin resultado de muerte.

La asfixia por inmersión es un evento que impide, en distinta magnitud, la ventilación de la víctima, generando un estado de hipoxia en el organismo y tejidos, trayendo como consecuencia el riesgo vital. En Chile es la primera causa de muerte traumática no intencional en menores de 4 años. Además, un número importante de quienes sobreviven a este evento presentarán secuelas neurológicas graves”, señala el académico.

Si desafortunadamente ocurre un accidente de este tipo en el paseo de curso o en casa, el profesional sugiere seguir las siguientes acciones de asistencia:

  1. Ventilación precoz: es vital el tiempo que transcurre desde la inmersión hasta el rescate del agua. Si el lugar es muy profundo y no se tienen los conocimientos para auxiliar a una víctima desde el agua, no es recomendable realizar esta acción. Hay evidencia de víctimas o lesionados secundarios en situaciones de rescate por personas inexpertas, lo cual disminuye aún más la sobrevida de la víctima.
  2. Pida auxilio de inmediato y espere por la ayuda: se sugiere el uso de elementos que permitan acercar a la víctima a la orilla de la piscina, tales como varas o algún otro elemento similar, mientras llega la ayuda.
  3. Ventilación a la persona afectada: si el lugar es seguro, es decir, si el rescatador puede tocar el fondo con sus pies, se debe comenzar de inmediato a aplicar ventilación boca a boca a la víctima, si es que esta no responde por sí sola a estímulos.
  4. Manipulación segura: una vez que la víctima esté en la orilla de la piscina, hay que ubicarla en una superficie dura e iniciar la reanimación cardiopulmonar, comprimiendo 30 veces en el centro del tórax y realizando 2 ventilaciones boca a boca que eleven el tórax del paciente.

Finalmente, el profesional de Universidad de Las Américas entrega las siguientes recomendaciones:

No dejar solos a los niños:   Procure que un adulto responsable siempre esté vigilando a los menores.

Medidas de protección en piscinas: se recomienda el uso de cierres perimetrales que cuenten con un diseño que evite escalarlas (diseño en peineta). Además, el uso de boyas alarmas sensibles al movimiento, de tal forma que, si una persona ingresa al agua, estas emitan una alarma sonora y luminosa.

Mantenerse informado: se sugiere estar siempre actualizado en temas de reanimación cardiopulmonar, accediendo a la información proporcionada en centros de entrenamiento certificados donde se puedan entrenar estas técnicas.