El Día Internacional de la Lengua Materna nació como iniciativa de la UNESCO para mantener la diversidad de idiomas en el mundo. Se estableció en memoria de un grupo de jóvenes que, en 1952 en Bangladesh, cayó abatido tras reclamar por el reconocimiento de su lengua nativa, el bangla. Desde entonces que cada 21 de febrero se realizan actividades para rescatar idiomas en peligro de extinción, y así mantener la riqueza cultural y los saberes que transmiten las palabras.

Es por eso que este 21 de febrero es una buena ocasión para recordar todas aquellas expresiones que han ido quedando en desuso en nuestro idioma, y así poder contar sus historias a las nuevas generaciones. Una idea para ello es usar la técnica del journaling, es decir, un cuaderno donde anotar anécdotas usando un lenguaje coloquial, usando 4 u 8 colores diferentes aprovechando los packs de bolígrafos Paper Mate Inkjoy 100ST o 100RT. Con letras de diferentes tamaños y formas puedes plasmar vocablos que sean significativos para ti. También puedes resaltarlos con destacadores Sharpie usando diferentes paletas de colores según el tema; por ejemplo, tonos pastel, tonos vibrantes o la paleta tradicional, según la expresividad que quieras dar al texto.

Un cuaderno como éste también puede servir para aprender palabras y frases de los diferentes idiomas que se hablan en Chile, y rescatar aquellos que están en peligro de extinción. Los idiomas aymara, quechua, mapuzungun, kawesqar y rapanui son lenguas maternas vigentes en Chile, y cada una de ellas guarda consigo historias, saberes y conocimientos de cada cultura. Las lenguas yámana y selk’nam tienen palabras muy poéticas que están en riesgo de ser olvidadas. Usando la técnica del journaling, se puede escribir cada día una palabra diferente de alguno de estos idiomas, y anotar su significado con diferentes colores, resaltando así la belleza de su contenido.

Para preservar una lengua es importante escribir las palabras a mano, ya que la experiencia de deslizar el lápiz por el papel ayuda a fijar memorias en el cerebro. En efecto, un estudio realizado por Anne Mangen, de la Universidad de Stavanger (Noruega), comprobó que quienes ejercitaron un nuevo alfabeto escribiendo a mano aprendieron mejor que quienes solo escribieron en el teclado[1].

Eso sí, hay algunos tips que es importante considerar al momento de iniciarse en la técnica del journaling: uno es usar papel libre de ácido, y que no amarillee con el tiempo. Otro es contar con tintas de buena calidad, como por ejemplo, las de Sharpie S-Gel o también los bolígrafos de Paper Mate en sus versiones standard o retráctil, que son bolígrafos de tinta que no se corre, y que mantienen los colores vivos y brillantes. Y lo más importante: escribir aunque sea una palabra cada día, para así conservar memorias y hacerlas accesibles a los hijos y nietos, quienes leerán no solo los contenidos, sino también la forma de la letra manuscrita, que expresa la personalidad de quien escribe.

Como colofón (una linda palabra en desuso que significa conclusión de un texto), te indicamos cómo se saluda en diferentes lenguas de nuestro territorio:

  • Mapuzugun: Mari Mari
  • Aymara: Kamisaraki
  • Quechua: Imaynalla
  • Rapa Nui: Iorana
  • Kawésqar: Kuosä
  • Yagan: Apa sá[2]