¿Cómo no arruinar el Año Nuevo?: Desde intoxicaciones por alcohol hasta accidentes
Las fiestas de fin de año no se viven igual para todos. Para algunos son celebraciones; para otros, cansancio, recuerdos o emociones difíciles. En pocas horas se juntan trasnoches, comidas abundantes, alcohol y decisiones impulsivas, y la salud suele quedar en segundo plano.
Durante la noche de Año Nuevo el problema no es celebrar, sino excederse sin escuchar al cuerpo. Comer de más, mezclar bebidas o ignorar señales de alerta termina pasando la cuenta.
El Dr. Rodrigo Irarrazabal, jefe de gastroenterología de Clínica Dávila, explica: “Los excesos en el consumo de alimentos y alcohol durante las celebraciones de Año Nuevo pueden provocar reflujo gastroesofágico, diarrea y dolor abdominal. Además, estas conductas aumentan el riesgo de descompensación de enfermedades crónicas como patologías hepáticas, diabetes e hipertensión arterial”.
“No quise arruinar la noche”
Carola Pantoja, nutricionista de Clínica Biobío, sugiere: “Es importante hidratarse antes, durante y después del consumo de bebidas alcohólicas, idealmente alternando el alcohol con agua. El café no sirve para hidratar porque también tiene efecto diurético. Además, comer antes de tomar alcohol ayuda a disminuir su absorción y reducir sus efectos, mientras que el volumen, la frecuencia y la mezcla de bebidas influyen directamente en la intensidad de la deshidratación y la resaca”.
“Durante la noche de Año Nuevo aumentan las urgencias cardiovasculares, los accidentes de tránsito y los traumatismos, además de quemaduras y atragantamientos, muchas veces asociados al consumo de alcohol, comidas abundantes y descuidos en el hogar. Para prevenirlos es clave extremar la supervisión, especialmente en niños y adultos mayores», destaca el Dr. Mauricio Pestan, urgenciólogo de Clínica Ciudad del Mar.
Los fuegos artificiales: Las recomendaciones para los pacientes TEA
La Dra. Paola León, neuróloga infantil de Clínica Dávila Vespucio, detalla: “Las personas, por ejemplo, que están dentro del espectro autista, perciben distinto la sensación del ruido. Entonces dentro del contexto de los fuegos artificiales, se puede manifestar como dolor, sensación de escaparse, genera además un problema emocional bastante importante pudiendo tener crisis de pánico. Lo que se puede hacer es anticiparles, utilizar bloqueadores de sonidos y no llevarlos cerca de estos shows de pirotecnia, para que solo disfruten de las luces”.

No todo es físico: también cuenta lo emocional
El cierre de año puede activar ansiedad, tristeza o frustración. Hacer balances, atravesar duelos o tensiones familiares no siempre deja espacio para la alegría. El Dr. Pablo Gallardo, jefe de Geriatría de Clínica Santa María, destaca que este periodo puede ser de vulnerabilidad emocional para los adultos mayores. A su juicio, es fundamental involucrarlos en la dinámica de la celebración. “Por eso, la principal medida de protección es el acompañamiento y el resguardo afectivo, evitando que pasen estas celebraciones solos», indica.











