Recuperar la salud financiera y tener la capacidad de administrar de manera correcta los ingresos es clave. Académico de economía USS entrega algunos consejos para lograr el bienestar en este aspecto.

El uso de las tarjetas de crédito, débito y prepago superó al efectivo. Según la Encuesta Financiera de Hogares del Banco Central realizada el 2022, casi la totalidad de los hogares en Chile usa tarjetas. Solo en el retail financiero son 6 millones de personas que utilizan más de 11 millones de tarjetas, con 300 millones de operaciones anuales y cerca de US$ 6.700 millones de dólares en colocaciones totales.

Si bien el crédito es una herramienta de desarrollo, la complejidad aparece al considerar el bajo nivel de alfabetización financiera del país, de acuerdo a diversos estudios nacionales e internacionales.

¿Cómo dar vuelta este desfavorable escenario? “Es necesario lograr un bienestar financiero; es decir, mejorar la salud financiera de cualquier trabajador y su capacidad para administrar de manera correcta sus ingresos. Que los gastos que realice se mantengan proporcionales a la remuneración recibida, evitando así las deudas”, asegura José Uribe, académico de la Facultad de Economía y Gobierno de la USS y experto en finanzas.

Para lograr esta estabilidad, primero es necesario tener una educación financiera; es decir, que la persona aprenda a administrar adecuadamente sus ingresos, lo que significa conocer y priorizar correctamente sus gastos, entender la importancia del ahorro y planear qué hacer en el futuro.

Algunos tips para mejorar nuestros hábitos financieros, son:

Administrar correctamente los gastos: debemos ser capaces de analizar en qué gastamos nuestro dinero y aprender a tomar decisiones que no afecten nuestro bienestar económico. Primero se deben considerar los gastos que se aplican a las necesidades básicas, es decir, alimentos, vivienda, medicinas, colegio, pagos de servicios, etc. “Se debe hacer una planificación en la que también se incluya cierto presupuesto para entretenimiento y, por supuesto, una parte de esto debe ser destinado para ahorro”, afirma el experto.

Ahorra para emergencias. Es importante estar preparado económicamente para enfrentar imprevistos que puedan afectar el equilibrio financiero. Se debe establecer un fondo de ahorro que sirva para cubrir gastos inesperados, como emergencias médicas. Al tener este colchón podremos evitarnos un estrés financiero, así como prevenir el endeudamiento innecesario. Al hablar de ahorro, más que fijarnos en la cantidad, hay que preocuparse de la constancia. Si la persona es sistemática en ahorrar todos los meses, aunque sea una pequeña cantidad, podría reunir un fondo que le sirva para asumir imprevistos.
Por último, tener un historial crediticio positivo puede hacer más asequibles algunos bienes como los hipotecarios o automotrices. Por ello, debemos tener cuidado con el uso de tarjetas de crédito, ya que a veces podemos excedernos con las compras. Se recomienda, por ejemplo, no adquirir productos innecesarios, revisar siempre las ofertas y los términos y condiciones de éstas, pero, sobre todo, se debe tener en cuenta que los créditos bancarios no aumentan el poder adquisitivo, ya que, si no se manejan de forma adecuada y cumpliendo con los pagos de forma regular, pueden convertirse en un gran golpe para las finanzas personales.

Arma un buen presupuesto familiar

Un presupuesto familiar se ha convertido con el paso de los años en una herramienta fundamental, pues te permitirá registrar información sobre sus ingresos y presupuesto personal y/o familiar, de manera que pueda calcular cuál es su capacidad o la de su familia respecto del endeudamiento y ahorro. ¿Cómo hacer uno?

Revisa los costos fijos, es decir, los ítems en los que debes gastar permanentemente: Gasto común, dividendo, colegios, combustible, celular, internet, almuerzo, metro entre los más típicos. “Estos más menos no deberían cambiar tanto en el tiempo ya que no tienen un componente estacional, por lo que deberíamos poder calcular cuánto es lo que se gasta mensualmente”, asegura José Patricio Uribe, académico de la Facultad de Economía de la USS.
Luego, revisa también los costos variables: mercadería y servicios básicos que son estacionales, los cuales pueden variar fuertemente en el año. Otros costos importantes son contribuciones, patentes entre otros, son costos los cuales son algunas veces al año, pero son importantes.

Agrega también costos tales como salidas, regalos, ropa, cortes de pelo, exámenes médicos, deporte, entretención, útiles escolares, vacaciones, etc. Si bien estos son costos que no necesariamente están todos los meses, pueden transformarse en una verdadera fuga de ingresos en determinados meses.

“Si vemos que en un mes en particular está difícil llegar a fin de mes, será necesario cortar ciertos gastos. Si puedes ingresarlos a una planilla Excel ordenar estos, anotar los gastos y llevar una contabilidad mes a mes, vas a ver que mejorará mucho el orden de las finanzas de la familia”, asegura el académico de finanzas.