Pamela Varas Zúñiga, académica de la Facultad de Enfermería UNAB, Sede Viña del Mar.

 Día Mundial contra la Hepatitis

 La OMS estableció el Día Mundial contra la Hepatitis el 28 de julio de cada año. La hepatitis es una enfermedad que se produce por distintas causas, como por ejemplo factores inmunitarios, consumo de alcohol o tóxicos e infecciones virales. Esta última causa es muy frecuente y podemos distinguir distintos tipos de virus asociados, los que provocan cuadros clínicos diversos y se asocian a distintas medidas de prevención y tratamiento.

Aquellos virus que mayor importancia epidemiológica tienen son aquellos que provocan las Hepatitis A (VHA), Hepatitis B (VHP) y Hepatitis C (VHC); existiendo otros menos frecuentes.

La hepatitis A se contagia generalmente comiendo alimentos o bebiendo agua contaminados por las heces de una persona infectada. También puede contagiarse comiendo marisco crudo que provenga de aguas contaminadas por vertidos de aguas residuales. Existe una vacuna para la hepatitis A. El tratamiento de exposición al virus durante unas pocas semanas además puede aportar inmunidad a corto plazo. Asimismo, se puede reducir el riesgo de exposición practicando una buena higiene y limpieza, y evitando ingerir agua que provenga de fuentes potencialmente peligrosas. Dado que la hepatitis A solo provoca hepatitis aguda, el cuerpo, a menudo, puede combatir la infección por sí mismo en unas pocas semanas. Sin embargo, las infecciones de hepatitis A pueden complicarse en ocasiones.

En Chile, la Hepatitis B se presenta como una enfermedad de endemia baja según los datos de la Encuesta Nacional de Salud 2003 que mostró una prevalencia en adultos entre 17 y 44 años de 0,5%.

La Hepatitis B es una enfermedad viral, inmunoprevenible cuyos mecanismos de transmisión incluyen el contacto con la sangre y con otros fluidos corporales (p. ej., saliva, semen y fluidos vaginales) de una persona infectada, también se puede transmitir de madre a hijo en el parto. El VHB, actualmente es la causa más importante de enfermedades hepáticas, produciendo anualmente alrededor de un millón de muertes en el mundo por cirrosis o cáncer hepático. Las estrategias de control de la infección por este virus están orientadas a disminuir la morbimortalidad y disminuir sus complicaciones.

El Minsal, en el 2009, incorporó al Programa Nacional de Inmunizaciones, la vacunación de la población infantil a los 2, 4 y 6 meses con la vacuna Pentavalente, que entre otras patologías protege contra la Hepatitis B.  Además, para quienes estudian y trabajan en el área de salud resulta obligatoria la inmunización, debido a la exposición a fluidos corporales de alto riesgo biológico. Si no se ha vacunado, para reducir los riesgos de exposición lo mejor es emplear condones y evitar compartir jeringuillas o elementos como cepillos de dientes, cuchillas o tijeras de uñas con una persona infectada. También es una buena medida evitar hacerse tatuajes o piercings en lugares que no cuenten con las medidas sanitarias necesarias.

La Hepatitis C genera un alto impacto a nivel mundial debido a sus principales consecuencias, la cirrosis hepática y el carcinoma hepatocelular; y si bien no es prevenible por vacuna, tiene tratamiento. A raíz de lo anterior toman relevancia las estrategias de prevención, considerando que las vías de transmisión son las mismas que para la Hepatitis B.