Cuando las proyecciones apuntan a un escenario recesivo, que podrían impactar con fuerza en los negocios y el empleo, más vale prepararse para esperar la tormenta con un buen paraguas.

Hace pocos días el Fondo Monetario Internacional (FMI) subió la proyección económica de lo que queda del año para nuestro país. Sin embargo, las proyecciones para 2023 no pintan para bien, pues la economía podría contraerse en un 1% y antes de conocerse estas cifras, el Gobierno ya había adelantado que podría darse una baja de medio punto el próximo año.

Y no habrá forma de librarse del chaparrón, pues el ajuste de la economía chilena estará respondiendo a una serie de decisiones que causaron presiones inflacionarias, entre ellas, los retiros de las AFP, los bonos del Gobierno y las importaciones que elevaron el déficit de cuenta corriente.

En definitiva, hay que prepararse para ver los primeros efectos de la recesión entre febrero y marzo. “Incluso creo que vamos a empezar a vislumbrar cambios en la tendencia del mercado laboral”, asegura el especialista contable y tributario Cristián Montero, socio fundador de Adactiva, quien anticipa que deberían comenzar a aumentar los despidos. “Ya lo estamos viendo en Estados Unidos. Normalmente, nosotros vamos con un retraso de cuatro a seis meses. Así que ya deberíamos empezar a ver en marzo estos efectos”, agrega.

De cara a este escenario recesivo, sin duda, es necesario organizarse y ordenarse, “sobre todo en el tema de los inventarios críticos”, dice Cristián Montero. En ese sentido, la industria del retail ya disminuyó la compra de inventario, en torno a un 25% y 30%, para diciembre de este año, según lo que han observado los analistas de Adactiva. “En el caso del mercado logístico, siempre se están estudiando formas de ahorrar y de optimizar recursos y si el próximo año vamos a estar con recesión, van a tener que bajar los inventarios”, explica.

Y como las nubes grises son infranqueables, lo mejor esa tomar el mejor paraguas para avanzar a paso lento pero seguro. La recomendación del contador auditor es agregar tecnología al proceso contable, aprovechar las franquicias tributarias y ordenar o externalizar los procesos administrativos, contables y laborales, a fin de disminuir costos y poder delegar en especialistas del área. “Los inventarios son costo y el costo no tiene porqué dejarse para el minuto de la venta. Todo lo que quedó en inventario puede llevarse a gasto para rebajar los impuestos”, dice.

De todas maneras, en 2023 va a convenir hacer la rebaja total, “ya que el próximo año las empresas que estaban con tasa de 10% de impuesto a la renta, pasan a tener tasa del 25%”, comenta el socio fundador de Adactiva.