El pasado 12 de septiembre se conmemoró el Día Internacional de la lucha contra esta patología, la cual es catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) cómo la sexta más discapacitante en el mundo. A pesar de su gran nivel de afectación, en Chile aún no se considera para ser cubierta por Ley Ricarte Soto o el GES, situación que pacientes y especialistas esperan que cambie.

“Es una enfermedad que genera mucha discapacidad”. Así definió a la migraña el Dr. Raúl Juliet, neurólogo del Centro Avanzado de Cefalea RedSalud, en el marco del Día Mundial de Acción contra esta patología, conmemorado el 12 de septiembre.

Lo dicho por el especialista se complementa con un estudio de la Organización Mundial de la Salud, el cual indica que esta enfermedad se alza como la sexta más discapacitante en el planeta. En cuanto a su prevalencia en nuestro país, según la última Encuesta Nacional de Salud, esta dolencia se posicionó como la número 1, con un 8,5% de encuestados confirmando haberla tenido.

“Cuando uno habla de migraña habla de un tipo de dolor de cabeza que tiene ciertas características especiales, como por ejemplo que a la persona le moleste la luz, lo que conocemos como fotofobia, que el dolor de cabeza pueda ser en toda o la mitad de la cabeza, que el dolor es pulsátil, que puedes tener náusea o vómito, entre muchas otras”, indicó el neurólogo.

En este sentido, el especialista sostuvo que es vital darle el real peso a esta patología. “La gente cree que es un dolor de cabeza nomás. Lo ven como algo habitual, pero no. Es importante decir que lo normal es que nadie tenga dolor de cabeza. La migraña no te mata, pero te genera muchas alteraciones en tu calidad de vida”.

 

Por su parte, María Antonina Conget, orientadora educacional y terapeuta emocional, diagnosticada hace 14 años con migraña, señaló que “hablar de esta enfermedad es mucho más que hablar de un dolor de cabeza y eso es fundamental comprenderlo desde el inicio. Quien sufre de migraña no sufre  solo de dolor de cabeza, éste es sólo un síntoma de la migraña”.

Asimismo, la paciente afirmó que esta dolencia tiene un fuerte estigma social en nuestro país. “El dolor de cabeza siempre ha sido visto como una gran excusa para algo, como para no ir al trabajo o para no ir a alguna actividad en particular, por lo que finalmente se nos asocia como una persona engañosa. Entonces tener este estigma sobre nosotros ha jugado en contra de darle credibilidad a los pacientes”.

Tratamientos y acceso

Tal como lo detalla el Dr. Juliet, existen dos tipos de tratamientos para la migraña, y los dos tienen la misma importancia. “Existe el farmacológico y el no farmacológico. Los dos son demasiado importantes. No hay nada que hacer si haces uno y el otro no. El no farmacológico consiste en tener un peso adecuado, llevar una vida sana, disminuir las concentraciones de cafeína en el cuerpo, dormir bien, consumir agua abundante, entre otras cosas. Para el farmacológico hay dos divisiones, de prevención y de crisis”.

“El preventivo -prosiguió el neurólogo- yo diría que para los chilenos es bastante limitado y difícil de acceder porque son caros. Los que son más baratos no tiene tan buen efecto, entonces los pacientes muchas veces se quejan de esto. Los medicamentos que son de mejor calidad, obviamente tienen mejor efectividad, pero es un hecho que son más difíciles de acceder para la mayoría de la población”.

En esta misma línea, el Dr. enfatizó en la poca accesibilidad a tratamientos. “El problema es cómo, por ejemplo, una persona que padece migraña puede adquirir un anticuerpo monoclonal o pedir que le puedan colocar toxina botulínica para el dolor”.  El tratamiento con toxina botulínica tiene como objetivo realizar una denervación química reversible, lo que provoca neuromodulación y una disminución de los input de dolor hacia el sistema nervioso central. Su rendimiento es de hasta un 50% en la primera dosis, un 60% en la segunda dosis y un 70% en la tercera.

Desde su experiencia, María Antonina subrayó que “hay tratamientos convencionales de fármacos que los neurólogos en general conocen y saben que se pueden recetar. De hecho yo estoy con uno de ese tipo para situaciones de crisis y me ha dado muy buen resultado. Pero hay personas que estos tratamientos no les resultan efectivos. La opción que tienen ellos es la de los tratamientos más novedosos que en general no tienen grandes efectos secundarios, pero son súper caros, como el de botox, y en el sistema de salud no hay cobertura de ningún tipo”.

En este contexto, la educadora hizo un llamado a quienes están en el proceso de ser diagnosticados con migraña. “Yo les diría que se alegren de tener un diagnóstico. Suena súper extraño, pero creo que uno sabiendo lo que padece, puede hacerse cargo de trabajar por una solución. Lo segundo, yo diría que se tienen que preparar porque van a tener que probar, ensayar distintos tipos de tratamiento, pero no importa, alguno va a servir. En este proceso lo más importante es la perseverancia”.