Se trata de don Siro Alvarado, productor de la comuna de Hualaihué, quien fue intervenido con un piloto demostrativo que dio positivos resultados.

Siro Alvarado es un mitilicultor dedicado a esta actividad productiva desde hace 15 años. Posee un centro de cultivo de choritos (Mytilus chilensis) en la isla Llancahue, en la comuna de Hualaihué. Uno de los principales problemas que tenía antes de comenzar a trabajar con el Cetmis, era el nivel de rechazo que su producto recibía desde las plantas procesadoras que adquieren los choritos que él produce.

Uno de los principales problemas a los que deben enfrentarse los micro y pequeños mitilicultores es la imposibilidad de lograr un 100% de choritos en sus cultivos. ¿La razón? En el medio natural en el que es producido este recurso de exportación mundial conviven otros mitílidos, como la cholga (Aulacomya atra) y el choro maltón (Choromitylus chorus).

El nivel de rechazo de este productor llegaba hasta un 50%, debido a la alta presencia de cholga tras la cosecha. “Cuanto mayor es el descuento que las plantas le hacen, porque ellos tienen sus requerimientos, menor es lo que uno gana”, asegura.

Piloto

Para evitar el problema mencionado es fundamental una correcta técnica de sembrado. Para demostrar lo anterior, se realizó un piloto demostrativo en el que se recomendó tamizar la semilla de chorito. La idea de este proceso fue no sólo disminuir la presencia de fauna acompañante, si no también homogeneizar la talla de siembra. Luego se procedió a sembrar con una máquina sembradora buscando lograr una buena densidad del producto. Posteriormente se realizaron controles de densidad, tamaño y fauna acompañante, con el fin de determinar la evolución de dicha siembra.

Durante noviembre de este año, se procedió a cosechar el producto. “El resultado fue harto sobresaliente porque yo, en el mejor de los casos, tenía un rechazo de un 15%, hasta un 40%, por el hecho de no hacer un buen trabajo”, explica el productor.

Alvarado asegura que, tras la finalización de este piloto y la cosecha del producto, el nivel de rechazo alcanza un 10 o 12 %, con mínimos de un 8,5%. Finalmente el pequeño mitilicultor calificó el trabajo realizado por el Cetmis como “excelente”.

Ciclo productivo

Este trabajo se inició en abril del año 2018, cuando un equipo del Cetmis realizó un diagnóstico de las brechas que presentaba el centro de cultivo de Alvarado. En dicha oportunidad se recomendó la aplicación de un piloto demostrativo, incorporando tecnología para mejorar su producción, recomendación que el productor aceptó y aplicó.

Para lograr los resultados obtenidos, todo el proceso tomó alrededor de un año y medio desde la realización del diagnóstico hasta la cosecha. El ciclo productivo de crecimiento del chorito tomó, sin embargo, alrededor de un año. Además de las recomendaciones ya mencionadas y que fueron aplicadas por el mitilicultor, éste se benefició del informe de larvas que el Cetmis distribuyó entre los productores desde mayo del 2017 a la fecha.

Luis Oliva, Gerente del Cetmis, indicó que “los resultados logrados con este piloto demostrativo refuerzan el modelo de trabajo promovido por el Cetmis y el impacto en productividad en esta empresa justifica plenamente nuestra asistencia técnica. Esperamos contribuir de esta misma manera con otros pequeños mitilicultores de la industria. Me parece relevante también mencionar el hecho de que el beneficiario adoptó las recomendaciones sugeridas por nuestros profesionales, factor clave para el éxito de este trabajo”.

El proyecto Cetmis es una iniciativa ejecutada por Fundación Chinquihue y cuenta con el financiamiento de la Corporación de Fomento de la Producción, Corfo.