Por Soraya Jacob

Directora Académica Nenoos Chile

 

El año escolar comenzó y con ello la preocupación de los padres por instaurar ciertas estrategias y hábitos de estudio en la rutina de sus hijos. Muchas veces nos preguntamos por qué nuestros niños no aprenden durante la jornada escolar habilidades que son fundamentales para el aprendizaje.

¿Por qué hay niños que no saben cómo estudiar? ¿Qué hacer?

¿Cómo orientarlos para darles autonomía y responsabilidad frente a un proceso que es intransferible y que deben transitar?

Estos son algunos tips para crear hábitos de estudio:

  • Comenzar cuando son pequeños. Los niños entre 0 y 5 años tienen un cerebro muy dúctil y permeable que les permite incorporar hábitos con mayor facilidad. Entonces, es bueno instaurar rutinas de cortos períodos de tiempo para asegurar calidad. Sugiero pintar una lámina todos los días, armar un rompecabezas o cualquier actividad que requiera estar sentado y atento, focalizándose en una actividad.
  • A cualquier edad, instalar una rutina de trabajo y estudio, esto al margen de si hay o no tareas y pruebas. Por ejemplo, preparar fichas o hacer resúmenes si son más grandes. O simplemente releer la materia y conectarse con su estudio.
  • Preparar un espacio físico acorde que propicie el aprendizaje. Debe ser siempre el mismo y que cumpla con características básicas como orden, iluminación, escritorio y silla cómoda, silencio y falta de distractores (celular, televisión). 
  • Instar a los niños a preguntar y aclarar sus dudas durante el periodo escolar de manera de favorecer la motivación por aprender, y no encontrarnos en casa con niños que no entienden las materias y se desmotivan con facilidad.
  • Comentar con ellos sobre lo que han aprendido durante el día e intentar ampliar los conocimientos con anécdotas o datos curiosos que puedan ser de su interés.
  • Estimular y premiar los cuadernos ordenados, ya que son una herramienta fundamental al momento de estudiar y reflejan cómo han participado en clases y cuánto han ido aprendiendo.
  • Dosificar los tiempos de estudio en casa. Deben ser acordes a la edad de los niños y nunca extensos; ellos ya vienen de una jornada escolar ardua y necesitan también tiempos de ocio para asimilar los aprendizajes.