SE ACERCA FIN DE JUICIO POR EXPLOTACIÓN SEXUAL

EN PUERTO MONTT

 

Hoy miércoles podría finalizar la etapa de juicio oral por los crímenes de explotación sexual y almacenamiento de material pornográfico infantil, contra los imputados Manuel Liberona Guerrero y Jorge Rodríguez Lopetegui, ambos acusados en el marco de la investigación llevada a cabo por la Fiscalía de Puerto Montt, tras las querellas presentadas por Sename en 2014.

 

Durante ocho días la Segunda Sala del Tribunal Oral en lo Penal de Puerto Montt ha escuchado  testimonios de víctimas y relatos de especialistas, peritos e investigadores, que han dado cuenta de los crímenes explotación sexual comercial contra al menos cinco víctimas menores de edad y el almacenamiento de más 8 mil archivos fotográficos y audiovisuales con pornografía infantil, los que fueron encontrados en un computador del abogado Rodriguez Lopetegui y que él reconoció poseer.

 

Durante el séptimo día de juicio, este martes 2 de agosto, la sala escuchó los testimonios del Sociólogo Dorian Vega, ex director del Programa Especializado en Explotación Sexual (PEE) Llapemn, perteneciente al Servicio Nacional de Menores, y ejecutado por Serpaj, que estuvo a cargo del equipo que debió intervenir y acompañar a las víctimas en su proceso de reparación, quien relató el grave daño sufrido por las niñas y como su historial de vulnerabilidad fue aprovechado por los imputados para explotarlas sexualmente de manera reiterada a cambio de dinero, regalos o protección.

 

El profesional puso de relevancia además, el hecho de que Chile se rige desde 1990 por la Convención Internacional de los Derechos de Infancia, la cual establece claramente la inexistencia de lo que se tiende a calificar como “prostitución infantil”, por tratarse de menores de edad indefensas cuya situación de vulneración las convierte en víctimas de depredadores sexuales, por lo que siempre en estos casos se entiende la existencia de “explotación sexual”. Lo que echa por tierra la estrategia de la defensa de los imputados, que pretendía hacer aparecer a las víctimas como responsables de su propia explotación.