La negativa de Milei de sumarse al BRICS

La asociación de países ha sido la forma más pragmática de confrontar el poder de una hegemonía. Un ejemplo de esto es el denominado BRICS, agrupación de países conformado por Brasil, Rusia, India, China, y Sudáfrica, que nace con el objetivo de ser una alternativa al poder económico de Washington.

Reconociendo el tamaño de su mercado, y con el liderazgo de China, el BRICS ha intentado empoderarse como actor global, no sólo intentando sumar a nuevos actores, sino también en lo que refiere a involucrarse en temas políticos internacionales que van más allá de lo netamente económico. En ese contexto, Argentina -y tras la cumbre realizada en agosto pasado en Johannesburgo- fue invitada (junto a Etiopía, Egipto, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos) a adherirse a la agrupación, lo que fue muy bien recibido por el gobierno de Fernández;

sin embargo, la llegada de Milei a la Casa Rosada derrumbó esa posibilidad en virtud de las ostensibles diferencias ideológicas entre el líder libertario y el comunismo chino.

Es importante recordar que el nuevo mandatario argentino recibió una carta de Xi Jinping y por la cual se le invitó a integrarse al conglomerado, enalteciendo las importantes «ganancias compartidas» que generaría el vínculo.

La respuesta negativa de Milei, si bien suavizó el tono hacia China respecto a lo que había señalado como candidato, fue categórica: Argentina es socio de Estados Unidos.

Así entonces, se infiere que el gobierno de Milei, y en ningún caso, estará dispuesto a fortalecer el declive del dólar que promueve China.

Pedro Díaz Polanco

Académico de la Escuela de Administración Pública. Universidad Austral de Chile