Una pregunta puede salvar una vida

Con el comienzo de la primavera todo florece y se renueva, pero también es sabido que aumentan las tasas de suicidio y algunos trastornos del ánimo.

Respecto al suicidio, existe el mito social de que las personas no avisan que están mal y/o que desean morir. Sin embargo, las autopsias psicológicas post suicidio han dejado en evidencia de que las personas habían manifestado anteriormente que no lo estaban pasando bien y que querían desaparecer.

Contar con esta información, nos lleva a estar más atentos a quienes están a nuestro lado. Una simple pregunta como ¿te pasa algo?, ¿te puedo ayudar? o ¿crees que sería mejor no estar aquí? pueden salvar una vida.

La mayoría de las personas que están con ideación suicida están dispuestas a recibir ayuda hasta el final. La pregunta, por lo tanto, puede ayudar a abrir una conversación donde el otro se sienta acogido y valioso, lo que puede aumentar la motivación de pedir ayuda.

En este contexto, es importante escuchar sin juzgar ni cuestionar, tratar de ser empático, aunque no comprenda las razones y, sobre todo, motivar para que busque ayuda profesional. Desde este año, el Ministerio de Salud, además, cuenta con una línea telefónica asociada específicamente a la prevención del suicidio *4141 a la cual cualquier persona puede llamar.

En esta tarea, todos podemos ayudar. No tengamos miedo a hacer las preguntas necesarias y a poder motivar la ayuda profesional. Esto puede salvar una vida.

Margarita Morandé Dättwyle

Académica de Vinculación con el Medio

Escuela de Psicología

Universidad San Sebastián