Programa Abriendo Caminos y la Crisis Sanitaria por Coronavirus: ¿Qué Pasa Cuando Un Trabajo Que Es De Terreno Debe Hacerse Desde El Hogar?

* Una experiencia práctica de profesionales de la zona.

Por primera vez un trabajo en terreno debe hacerse desde a distancia desde la casa, nos referimos al Programa Abriendo Caminos enfocado a niños, niñas, adolescentes y sus familias que tienen alguna persona significativa privada de libertad, que es parte de los programas del Ministerio de Desarrollo Social y Familia y que en nuestra zona está cargo desde hace 9 años a través del Instituto de Psicología de la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt, y que se caracterizaba por ser en terreno, en contacto directo con las familias.

El equipo de 4 profesionales, psicólogos y asistentes sociales, que comenzó el 2019 con esta promoción con más de 20 familias conformadas por el adulto que queda a cargo, casi en su totalidad mujeres, madres o abuelas y los niños, niñas y adolescentes que son cerca de 50, destinan sus conocimientos, competencias y vocación de servicio en el acompañamiento de estas familias.

Las familias al iniciarse el proceso se comprometen con el programa, y los profesionales les acompañan a llevar de la mejor manera posible la ausencia de uno de sus miembros y las consecuencias de la misma, como la pérdida de un sostén económico, el estigma que significan muchas veces las condenas con privación de libertad y por supuesto la ausencia del afecto paterno, materno o de ambos.

Bajo una situación normal, los/as profesionales iban a las casas de las familias a trabajar diversas temáticas en relación con la convivencia familiar, las necesidades de salud y educación de los menores, cómo compatibilizar el trabajo remunerado con el trabajo que implica una casa con niños muchas veces pequeños. Estas actividades implicaban para el equipo trasladarse diariamente y mantener contacto cercano con muchas personas.

Con la pandemia del COVID-19 estos/as profesionales ¿Dejaron de trabajar? La respuesta es una sola, no, ya que desconectarse de las familias en este delicado proceso de reinserción social no es una opción.

Por ello, el equipo Abriendo Caminos ha recurrido a todos los medios digitales posibles, ya que tanto la Sede UACh como el Ministerio optaron por la modalidad de “teletrabajo”. Entonces el contacto por teléfono se ha hecho constante, para saber cómo están de salud, cómo va la rutina de tener a los niños en casa, cómo va la entrega de alimentos que está haciendo la JUNAEB, cómo van con la vacunación contra la Influenza.

Con la afortunada presencia de internet en los hogares, los/as profesionales han podido también hacer llegar mucha información sobre los cuidados necesarios para prevenir contagios COVID-19, cómo proteger a los niños del exceso de información por las redes sociales, cómo armarles una rutina para que no pierdan contacto con el aprendizaje. En definitiva, este equipo sigue trabajando intensamente en las casas de cada familia de manera virtual.

Así lo comentó una de las usuarias del programa Michelle: “El trabajo de las personas del programa ha sido muy bueno, a pesar de la contingencia ellos han estado pendientes de nosotros como familia preguntando y enviándonos todo tipo de información. También cuando uno les habla personalmente siempre tienen disposición a poder hablar con una. Muy bueno nada que decir”.

Por otra parte. la usuaria, Constanza, destacó que le “ha parecido genial una bonita experiencia ayuda mucho a uno mismo con nuestras cosas o en lo laboral o en hacer algún trámite ayuda mucho este programa me gusta mucho”.

Por su parte la coordinadora del programa Abriendo Caminos UACh, Ivette Gallardo Ruiz, trabajadora social, indicó que “para el programa, es fundamental el contacto con las familias, sin embargo ante la contingencia se han debido desplegar estrategias para poder mantener el contacto con ellas, intentamos estar presentes, entregar orientación con respecto a la contingencia, entrega de beneficios, pero también hemos tenido que realizar contención de situaciones de colapso de nuestras cuidadoras, lo positivo, es que como equipo hemos podido sentir que las familias nos consideran como un apoyo y como un referente, al que pueden acudir en caso de que lo necesiten”.