Este martes 3 de septiembre se llevó a cabo la “I Jornada de Emergencias y Desastres”, en el Auditorio del Hospital Puerto Montt (HPM), instancia que tuvo como objetivo sensibilizar y entregar conocimientos sobre la gestión del riesgo del desastre, incorporando conceptos de gestión clínica, vigilancia epidemiológica y elaboración de planes que garanticen la continuidad de la atención del paciente.

Al inicio la directora del HPM, Dra. Mónica Winkler valoró que personas de distintos ámbitos del HPM tengan una capacitación en común, “es súper central y muy necesario”, acotó.

“El cómo manejamos las emergencias y desastres me parece crítico. Es un tema que nos golpea de forma imprevista, por lo tanto, hay que estar preparados siempre. Y en ese sentido quiero agradecer a Karen Fernández, Anita Garcés, al Dr. Luis Hausdorf que son quienes han estado permanentemente liderando estos temas”, destacó la directora del HPM.

“Toda el área de epidemiología que es algo específico de nuestra área es muy sensible. Esto que van a trabajar de verdad tiene que ver con salvar vidas y les gradezco profundamente por estar ocupados y preocupados por eso”, añadió la Dra. Winkler.

Cristian Ramírez, ingeniero civil industrial e integrante del Equipo Nacional de Intervención ante Desastres comentó que, según la Evaluación global sobre reducción del riesgo de desastres de las Naciones Unidas en 2015, “nuestro país ha destinado de manera directa desde inicio de la década de los ochenta, un promedio anual de 1,2% de su Producto Interno Bruto, debido a consecuencias de desastres”. Añadiendo que “nuestro país es la décima economía más vulnerable del mundo por los efectos del cambio climático”.

Nivel de emergencia

Posteriormente, el coordinador de Emergencias y Desastres del Servicio de Salud del Reloncaví (SSDR), Daniel Hernández, se refirió al rol del servicio local. “La mirada desde el Servicio de Salud y de la Onemi es que cada institución de salud, cada posta de salud rural, cada consultorio, hospital de alta, baja o mediana complejidad tienen que tener sus planes de acción. Y lo que hacen las instituciones superiores es controlar y apoyar con recursos”.

También recordó que una situación de emergencia “apunta a cuando un servicio o un hospital no es capaz de contener la situación que está enfrentando. Entonces hablar de emergencias va a depender de la realidad local. No es un concepto único. Lo que para uno puede ser una situación de contingencia para otro efectivamente puede llegar a ser un desastre”.

“No solo hay que tener un plan de emergencia sino también un umbral. A partir de qué momento vamos a activar esta situación adicional. Y esta clasificación, que es la que utiliza Onemi, en cuatro niveles: el Nivel 1 es cuando somos capaces de dar solución con los recursos locales que tenemos; en el Nivel II todavía somos capaces de solucionar la contingencia en forma local con algunas ayudas adicionales; y en el Nivel III hablamos de una situación provincial o regional. Y en el Nivel IV que es una situación donde se requieren todos los recursos disponibles del país. Un Nivel V es cuando necesitamos ayuda internacional para poder resolverlo”.

Karina Fernández, jefe de la Sección de Prevención de Riesgos del HPM, detalló que “COE del hospital se amplió, para trabajar en forma coordinada con los equipos que sean necesarios de acuerdo a la emergencia que se esté abordando. Ahora si tenemos un desastre, todos los equipos van a tener que dar una respuesta de la emergencia”.

“Tenemos la obligación y ministerialmente la orden de dar continuidad a la atención a la comunidad frente a cualquier evento que se produzca. Así el COE se amplía de un nivel estratégico a un nivel táctico con los COE Equipos, subdivididos en tres ámbitos: que son los Clínicos, que es el proceso en sí que da vida al hospital; pero que sin el apoyo del equipo Diagnóstico y Logístico tampoco puede funcionar”, concluyó Fernández.