El año 2019 ampliamente se discutió la fuerza que ejercieron las policías en contra de los movimientos sociales, debatiéndose entre aquellos que justificaban el actuar del cuerpo policial y los detractores. Cabe señalar que durante fines del 2019 y 2020 Carabineros estuvo al borde del precipicio, con una desaprobación que superó el 60%.

A meses del proceso constituyente se erigieron figuras que clamaban por la refundación de la institución, más tarde también lo clamaron candidatos a la presidencia, poco decididos si se trataba de refundación o reforma. La discusión quedó ahí y lentamente se esfumó entre tantos problemas sociales que experimentó la sociedad chilena desde aquel entonces.

La agenda se reabrió nuevamente el día 26 de marzo del 2023, cuando la carabinera Rita Olivares Raio es violentamente asesinada de un tiro en la sien; tan solo 11 días más tarde se repite el mismo suceso; esta vez el cabo Daniel Palma al iniciar un procedimiento recibe un balazo a mansalva por parte de delincuentes.

Los hechos anteriormente descritos, son parte de una escala de la delincuencia y seguridad nacional que se proyectó ya hace algunos años, el número de violencia, de robos, y de asaltos a mano armada sólo va al alza. ¿Qué esperan los organismos competentes para preparar mejor a las policías?

El parlamento se empobrece en la discusión banal e ideológica, el win win de sectores políticos, haciendo un festín del dolor ajeno, haciendo política por conveniencia y trabajando en lo que consideran mejor según su posición; dejando pendiente la tarea de desideologizar la conversación y trabajar lineamientos que generen hechos concretos y efectivos.

La Ley Naín-Retamal sólo es una solución parche, la cual se convertirá en un problema en el corto o mediano plazo; en donde probablemente se generarán instancias de abuso de poder o hechos que se tergiversarán por el uso justificado o injustificado de las armas de fuego.

Pero finalmente el punto es, ¿Cuándo comienza la conversación de fondo?, el liderar las conversaciones para una nueva institución, con una educación formal, efectiva, y que produzca funcionarios capacitados para el escenario delictual presente, con antisociales mucho más preparados y con delitos que hasta hace pocos años no ocurrían. Es necesario dotar de conocimientos y capacidades al cuerpo policial, y que finalmente signifique tranquilidad para sus familias y para ellos mismos en el transcurso de su servicio.

Oscar Muñoz Moya
Administrador Público, Lic. en Administración y Ciencias Políticas.
Mg. (c) Gerencia y Políticas Públicas, USACh.