Durante el verano la gran mayoría de los menores, muchas veces avalados por sus padres, desordena sus ciclos de sueño. El problema es que durante la noche el organismo secreta la mayor cantidad de hormona del crecimiento, lo que hace que sea sumamente importante regularlos.

“El sueño es muy importante para los niños porque se sabe que la hormona del crecimiento se produce en mayor cantidad en la noche, pero para que esto suceda se requiere que ellos estén dormidos profundamente”.

Esa es la reflexión que hace la pediatra y endocrinóloga infantil, María Isabel Hernández, al ser consultada por la importancia de que los padres regulen los ciclos de sueño de sus hijos tras las vacaciones de verano.

Y es que en esa época del año, muchos menores cambian sus hábitos de manera abrupta y comienzan a acostarse a altas horas de la noche, levantarse tarde o derechamente pasar de largo.

Muchas veces, tanto los niños como sus padres normalizan estas situaciones porque desconocen las consecuencias negativas que pueden acarrear para su organismo.

Ello porque la noche es el momento en que se secreta mayor cantidad de hormona del crecimiento, que es la encargada del desarrollo, al ser responsable del aumento y maduración de los cartílagos, cuestión que permite que los huesos se estiren y que determinará cuánto medirán cuando lleguen a la adultez.

“No solo es importante la cantidad de tiempo que los niños descansan, sino también la hora en que se quedan dormidos para estimular la mayor producción de estas hormonas. Dependiendo de la edad, los menores que asisten a clases deberían dormirse a más tardar a las 21 horas en época de colegio y a las 22 en verano”, afirma Hernández.

La profesional agrega que “los cambios de horarios, conocidos como jet lag escolar, son muy importantes de conocer porque en general los niños durante las vacaciones se descontrolan, duermen y se despiertan más tarde y les cuesta mucho volver a la rutina del colegio. Y eso puede impactar no solo su crecimiento, sino que también en su aprendizaje”.

Ayuda digital

Sus declaraciones son compartidas por la también endocrinóloga infantil, Verónica Mericq, quien señala que “si bien las clases ya comenzaron, es importante regular el ciclo de sueño de los niños y adolescentes”.

La profesional añade que “si esto aún no se ha hecho, los padres deben priorizar el cumplir las horas de sueño según su edad lo antes posible, ya que esto, además de impactar en el crecimiento, también puede comprometer la salud física y emocional de los niños”.

“La falta de sueño puede generar entre otras cosas, irritabilidad, hiperactividad, depresión, impaciencia, cambios en el estado de ánimo, problemas para el control de los impulsos y comportamiento agresivo”, subraya Mericq.

Actualmente existen diversas herramientas digitales, como aplicaciones para smartphones, que pueden ayudar a los padres a monitorear el crecimiento adecuado de niñas y niños.

El influencer Joaquín García (@papajoaquincl en Instagram), es usuario de una de estas herramientas llamada Jirafa App. Según cuenta “como papá de un niño pequeño, que está en constante crecimiento, me resulta súper útil porque es una forma sencilla y rápida de llevar un registro en el teléfono del crecimiento y monitorear que está desarrollándose como debe”.

Además, añade García, “me parece muy práctico que permita compartir los gráficos por mail con su pediatra, ya que es el especialista quién finalmente podrá determinar si hay algún cambio importante en su crecimiento”.

Cuestión con las que ambas especialistas coinciden, pues más allá de que los avances tecnológicos sean una tremenda ayuda, lo más importante es que los padres mantengan los controles de rutina -que en pandemia disminuyeron en más de un 50% según datos del Ministerio de Salud- para asegurarse de que los pequeños están creciendo normalmente.

Ciclos de sueño recomendados según la edad:

– Si tienen entre 4 y 12 meses deben dormir de 12 a 16 horas.

– Los de 1 o 2 años es ideal que descansen de 11 a 14 horas.

– La recomendación para niños de 3 a 5 años es que duerman de 10 a 13 horas.

– Los menores de entre 6 y 12 años deben dormir de 9 a 12 horas.

– Los adolescentes de 13 a 18 años deberían descansar entre 8 y 10 horas.