Salud mental: un concepto en disputa

Por: Sergio Maureira Silva, Psicólogo Clínico, Área de Salud Mental, Universidad Austral de Chile, Sede Puerto Montt.

Este lunes 10 de octubre del 2022 se conmemora el día Mundial de la Salud Mental, a dos años de la pandemia, aún son evidentes las secuelas afectivas y se recurre o inicia un apoyo terapéutico al reconocer el impacto de lo que sucedió en sus trayectorias de vida. En este contexto, las maneras de acercarse al concepto de salud mental como un conocimiento unívoco, implica una serie de indicaciones triviales y una serie de pautas de vida generalizadas: “comer saludable”, “hacer ejercicio”, “salir a hacer actividades recreativas”, “hacer meditaciones”, etc.  Los cuales pueden ser un aporte, pero que implican un riesgo, porque la salud mental, no se reduce a un concepto unívoco, ni a una serie de prescripciones en torno al cuidado, sino que es un concepto en disputa:

La “salud mental” muchas veces invisibiliza los efectos de ciertos discursos, en términos de género. Hace pocos años la homosexualidad era vista como una enfermedad psiquiátrica. Otra es la idea de “madres y mujeres ideales”, quienes deberían cuidar a sus hijas/os y llevar la carga doméstica, sin entrar a sufrir algún desgaste emocional, ya que implicaría una falla personal o problema psicológico, pero no un discurso heteropatriarcal que define roles y funciones asociado al género.

En el ámbito de lo clínico, se aprecia en el estereotipo de paciente depresivo con tendencia a la tristeza, lo que dificulta el reconocimiento y búsqueda de apoyo por quien evade la expresión de sus afectos mediante una sobre exigencia, por lo que “al no verse desanimado”, no es reconocido como sufriente. En el marco de los derechos, las personas en situación de discapacidad y de pueblos originarios, se pueden sentir, impotentes e incomprendidas al cuestionar su situación y creencias, y los derechos vulnerados en espacios institucionales o sociales, que generan barreras de acceso e integración por falta de diseños adecuados, lo que puede generar percepciones de rechazo social y aislamiento, entre otros.

Estamos entonces ante un concepto en disputa presente en cuerpos “visibles”, que como señala el filósofo Friedrich Nietzsche, son una estructura social de muchas almas, que esconden el estar atravesados por discursos “invisibles” que impactan en las subjetividades y su “salud mental”.