Una alimentación adecuada influirá en la salud, pero también en la capacidad de realizar cualquier actividad física. En este sentido, la nutrición deportiva es clave para mejorar los resultados.

Todos los deportistas, desde los profesionales hasta los que comienzan con alguna práctica, buscan superarse continuamente o mantenerse saludables, exigiéndose en cada uno de sus entrenamientos. Sin embargo, para lograr los resultados esperados no basta sólo con entrenar, también se requiere de una nutrición acorde a las necesidades de cada persona y los objetivos que se imponga.

La nutrición deportiva es la rama especializada de la nutrición que busca la mejor dieta para los deportistas y aquellos que realizan ejercicios de alta intensidad, por periodos prolongados de tiempo, buscando optimizar el rendimiento del entrenamiento y la recuperación tras el desgaste físico, “a través de una ingesta adecuada de hidratos de carbono, proteínas, grasas e hidratación de la forma más equilibrada posible”, señala Magdalena Galarce, médica de servicios clínicos y farmacéuticos de Farmacias Ahumada.

“Ya sea para alcanzar un mayor rendimiento, mejorar la masa muscular, perder peso o tener más energía, la alimentación es clave, aunque muchos crean que sólo es cosa de intensificar una rutina o practicarla por más horas. Uno de los factores para mejorar el rendimiento es la alimentación y los deportistas deben comprender este punto desde que comienzan con su actividad”, indica la especialista.

En este sentido, existen algunas ayudas que pueden hacer más eficaces las rutinas o conseguir una nutrición plena, como los suplementos alimenticios. “Por lo general, estos productos buscan aportar nutrientes que no podemos consumir en cantidades adecuadas con la dieta que llevamos o buscan aportar un mayor número, cuando el desgaste físico es mayor al promedio. Aportan aminoácidos, minerales, vitaminas o ácidos grasos, entre otros, pero deben ser consumidos en la cantidad requerida, ya que una dosis más elevada, puede ser perjudicial para nuestro organismo”, subraya Galarce.

Por lo mismo, el plan nutricional -y si se requiere el aporte o complemento de ciertos nutrientes-, es fundamental en estos casos. Cualquiera sea el objetivo específico, las “dietas milagro” no existen. La médica enfatiza que “algunos deciden eliminar por completo de su dieta los carbohidratos, otros sólo aumentan el consumo de proteínas. En ambos casos, las consecuencias podrían ser de importancia. Se debe tener en consideración los alimentos más oportunos de acuerdo con el objetivo planteado”.

De igual manera, recalca que hay que brindar especial atención al Nutrient timing, que nos dirá cuál es el momento óptimo para la ingesta de alimentos, en que el sistema es más susceptible de captar los nutrientes que necesita antes, durante o después del ejercicio. “Normalmente, éste va desde la hora antes del ejercicio hasta dos horas después de terminada la sesión de entrenamiento.  Cuando se entrena a ciertas intensidades o durante un tiempo prolongado, es de vital importancia escoger bien el momento de comer y qué comemos, a fin de optimizar al máximo las adaptaciones del entrenamiento y, como fin último, lograr un mayor rendimiento”.

Un deportista sufre mayor estrés oxidativo, por lo que es necesario consumir alimentos nutricionalmente densos, que contengan una gran cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes -como legumbres, algunas verduras y pescados-, evitando las “calorías vacías”, o aquellos que sólo aportan calorías, pero muy pocos nutrientes. En esta línea, también es clave una buena hidratación, considerando que el 60% de nuestro cuerpo es agua. “Un consumo inadecuado de líquidos durante el ejercicio, afectará la regulación de la temperatura corporal, la función cardiovascular y el metabolismo del músculo. Por más ligera que sea, la deshidratación afectará directamente en el rendimiento, sin mencionar que está en mayor riesgo de sufrir lesiones”, destaca la especialista.

Cualquiera sea el objetivo, para la facultativa es clave contar con la asesoría de un especialista que entregue una pauta acorde a las necesidades y que guíe sobre el contenido y las dosis necesarias, en caso de requerir algún tipo de suplemento. “Éstos no sustituyen una dieta balanceada, sólo aportan uno o más elementos que pueden faltar, de acuerdo a los objetivos deportivos que una persona se trace, además de su estado actual de salud”, finaliza.