El desconocido patrimonio alimentario que esconde la flora exótica y nativa del sur de Chile


El Proyecto Colaborativo Flora Comestible de la Patagonia Norte, desarrollado en la Universidad San Sebastián, sede De la Patagonia, busca promover una alimentación saludable y nutritiva en la comunidad de Cochamó.

El Valle de las Horquetas, Primer Corral, Segundo Corral y sectores aledaños de la cordillera en Cochamó, región de Los Lagos, poseen un vasto patrimonio alimentario. No obstante, las riquezas de su biodiversidad y naturaleza no se aprovechan en su total potencialidad.
Esa fue la motivación principal del equipo que trabaja en el Proyecto Colaborativo de Vinculación con el Medio Flora Comestible de la Patagonia Norte, que se desarrolla en la Universidad San Sebastián, sede De la Patagonia, con el objetivo de informar, promover y fomentar una alimentación saludable con pertinencia local y agregar un valor al trabajo productivo y turístico de la comunidad.

Es que la identidad cultural es uno de los vínculos más fuertes entre la comunidad y el territorio y, por tanto, se hace indispensable reconocer los alimentos saludables de un territorio y cómo el consumo de productos procedentes de éste, pueden ayudar a fortalecer una dieta balanceada y nutritiva.

Con el fin de promover el aprendizaje y fomentar la participación estudiantil, en una primera instancia se reconocieron y  colectaron muestras de diversas especies vegetales nativas, como la murta, nalca, maqui, avellano, calafate y michay, entre otras, y especies exóticas, como la rosa mosqueta, murra, grosella, manzana y frambuesa. En esta etapa participaron 18 estudiantes de Ingeniería en Gestión de Expediciones y Ecoturismo para contribuir al reconocimiento de la flora comestible.

En una segunda fase, actualmente en desarrollo, están trabajando 33 alumnos de Nutrición y Dietética y 30 de Química y Farmacia, con el propósito de analizar la información obtenida de las especies recolectadas, a fin de conocer sus propiedades y características.
Lilian Cortés, académica de la carrera de Nutrición y Dietética en la USS de Puerto Montt y líder del proyecto que se enmarca en el Programa Territorial Hito Más Salud Más Cerca, explica que esta iniciativa ha sido un gran beneficio para mejorar y fomentar el consumo de la flora comestible y otorgar un valor agregado al trabajo productivo de la comunidad. “Las comunidades participaron de un conversatorio acerca de nuestra flora comestible y también del reconocimiento en salidas a terreno junto a profesores y estudiantes. Ellos han utilizado a lo largo del tiempo y de diferentes maneras, productos y subproductos de las plantas alimenticias. Por ello, conocer sus propiedades nutricionales y farmacológicas, duda disminuye las brechas al acceso a la información y a su utilización, impactando de manera positiva su calidad y estilos de vida”, apunta.

Actores en el territorio
El proyecto tuvo alrededor de 80 beneficiarios directos del territorio, pertenecientes a diferentes juntas de vecinos del sector, entre ellas, Lago Blanco, Segundo Corral, Unión las Rosas y Llanada Grande. El proyecto, además, proyecta la edición y publicación del libro Propiedades Nutricionales y Farmacológicas de la Flora Comestible exótica y nativa de zona Cordillera de la comuna de Cochamó, que permitirá acceder a esta valiosa información tanto a los habitantes de la comuna, como a los miles de visitantes que año a año llegan a la zona.

Verónica Piriz, directora de Ingeniería en Gestión de Expediciones y Ecoturismo, señala que “la participación de los estudiantes en proyectos de Vinculación con el Medio es fundamental, ya que los acerca a realidad de los territorios y a sus problemáticas, pero también a sus fortalezas. Por otra parte, el acercamiento a las comunidades fortalece su capacidad de comunicación y gestión, siendo una especie de práctica de lo que será su desempeño laboral en el futuro”.

Al respecto, Benjamín Morgado, estudiante de la carrera, valora el poder participar de la iniciativa y vivir una experiencia nueva en su aprendizaje. “Personalmente, siento que nos abre un mundo gigante de experiencias y nos muestra formas de cómo realizar proyectos. El ayudarse mutuamente entre profesores, compañeros y comunidad local nos permitió organizar bastante las bases del proyecto, incluso quedamos con ganas de hacer más proyectos o que siga evolucionando”.