Conflicto bélico en Ucrania: cómo hablar de guerra con niños en edad escolar

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El conflicto bélico en Ucrania, resulta de preocupación para cuidadores, padres, madres y profesores, debido a que existe una escalada de violencia en el territorio invadido que ha sido replicado por los medios de comunicación, redes sociales, espacios a los cuales nuestros niños tienen acceso, por lo que la gran certeza que podemos tener, es que los niños ya tienen en su imaginario la idea de que actualmente hay una guerra entre dos países del mundo, y es justamente a su imaginario al que debemos atender como cuidadores y educadores.

Constanza Herrera, docente de la Escuela de Psicología de Universidad Las Américas y Máster en atención temprana y primera infancia, aborda el tema y sus efectos en los escolares. Asegura que los niños, mediante su sistema sensorial y por medio de la socialización que conlleva el reconocimiento de los códigos comunicacionales, logran identificar los cambios en su medio, como, por ejemplo, las preocupaciones de los adultos, por lo que perciben y saben que hoy en día hay algo más que los mantiene en alerta.

Señala que “en el caso de la guerra en Ucrania, los niños, al no tener toda la información necesaria, pueden recurrir a la imaginación para completar algunas de las ideas que tengan sobre el conflicto armado y que pueden haber tomado por casualidad de una conversación de adultos o del noticiero. Atender a esta imaginación, es otorgarles un espacio de encuentro y acompañarlos con información real, con un lenguaje ajustado a su edad, en la elaboración de esta nueva idea que se están formando respecto a la invasión rusa”.

Asimismo, aconseja preguntarles directamente cómo se sienten al respecto y validar sus emociones, con la finalidad de que sepan que es importante para los adultos conocer su sentir y lo que tengan que decir.

“Puede resultar para algunos niños algo complejo poner en palabras sus emociones, por lo que los adultos podemos acompañarlos en la identificación de éstas y darles un nombre, por ejemplo: ‘entiendo que puedes sentirte preocupado al ver a otros niños tener que irse de sus casas’, ’veo que te pone triste el que tuvieran que dejar sus juguetes’. Es importante en este punto ir definiendo estas emociones de forma concordante con el relato del niño y cuidar que no seamos los adultos, quienes dotemos de carga emocional sus recuerdos respecto a esta guerra”, indica la experta.

El rol del adulto frente a situaciones que conllevan un alto contenido emocional está en generar espacios de comunicación respecto al evento que nos convoca, facilitar que los niños reconozcan sus emociones, entregarles siempre información real y ajustar el lenguaje a las diferentes edades para que sea comprensible.

Constanza Herrera, detalla que la preocupación de los niños apunta a preguntas como ¿Qué es lo que pasará? ¿Nosotros también estamos amenazados? A lo que aconseja responder que es algo que no tenemos tan claro,  recurrir a lo que si sabemos, incorporar elementos que les otorguen tranquilidad, como es el hecho de que hay otros países intentado mediar en el conflicto facilitando el diálogo, que existen mesas de trabajo entre los mismos países en guerra buscando una solución a sus diferencias, y por supuesto, que un elemento central es el reforzar que como cuidadores estaremos disponibles para ellos, que vamos a estar atentos a lo que ocurra, que pueden confiar en nosotros, que estaremos siempre para protegerlos y que si necesitan más información pueden recurrir a sus padres.