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El porcentaje de componentes potencialmente peligrosos para el medio ambiente es de 30% en el caso de los refrigeradores y 10% a 5% en el caso de cocinas y lavadoras.

En Chile se recicla menos del 4% de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos.

La Ley REP busca cambiar esta cifra, pero se requiere el apoyo de los consumidores.

 

 

 

 

 

 

 

Plásticos, cobre y aluminio son algunos componentes de los electrodomésticos que pueden reincorporarse al mercado como materias primas, pero estos productos tienen también elementos que pueden dañar el medioambiente si se desechan de forma inadecuada, como los gases refrigerantes, espumas de poliuretano y aceite de compresor de los refrigeradores.

La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, o Ley REP, vigente en Chile, se hace cargo de este problema y busca fomentar una economía circular y el cuidado ambiental. El cumplimiento de esta ley también requiere el apoyo de los consumidores.

Andrés Santana, gerente de Sustentabilidad Ambiental Andino de mabe, detalla que “la Ley REP establece que cualquier aparato que funcione con energía eléctrica debe ser categorizado como residuo de manejo especial y diferenciado, y por eso deben de llevarse a procesos de tratamiento y disposición final adecuados con empresas que tengan los respectivos permisos ambientales. En ese sentido, traslada obligaciones físicas y financieras a las empresas que colocan en el mercado estos productos”.

Refrigeradores, cocinas y lavadoras son electrodomésticos infaltables en el hogar. ¿Cuál es la diferencia entre ellos a la hora de reciclarlos apropiadamente? Lo explica Andrés Santana: “En un refrigerador un 70% de los componentes son residuos aprovechables que pueden reincorporarse nuevamente en el mercado de commodities y un 30% son residuos que pueden contener algunas condiciones de peligrosidad y requieren un manejo especial y diferenciado. Debe evitarse la liberación de gases refrigerantes a la atmósfera, ya que puede contribuir al deterioro de la capa de ozono y aumentar el fenómeno del cambio climático”.

“En el caso de mabe todos los refrigeradores domésticos que comercializamos en países latinoamericanos contienen refrigerantes naturales r600a que pueden ser liberados a la atmósfera sin impacto sobre la capa de ozono”, agrega.

Respecto a lavadoras o cocinas, dice que “el potencial de residuos peligrosos disminuye, limitándose a tarjetas electrónicas o algunos circuitos eléctricos. En este sentido, en una lavadora o en una cocina el potencial de reciclaje de componentes no peligrosos puede estar cercano al 90% a 95%”.

Iniciativas locales de reciclaje

El ejecutivo de mabe señala que “somos líderes en la región en el establecimiento de sistemas de recolección selectiva y de gestión ambiental, promoviendo diferentes mecanismos para que los consumidores puedan a hacer entrega de los aparatos y por nuestra cuenta, a través de las empresas gestoras garantizar su disposición final”.

En Chile, mabe lidera el programa piloto TRAEE, un proyecto piloto de recolección de Aparatos Eléctricos y Electrónicos dados de baja y que está disponible en las comunas de Puente Alto, Vitacura, Peñalolén y Renca. También participó en la campaña Refriclaje para el reemplazo de refrigeradores antiguos por uno nuevo. Refriclaje está actualmente en pausa, pero se prepara su regreso con nuevos modelos de refrigeradores.