Daniela Oyarzo Montiel

Docente carrera de Enfermería UST

En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2021, La Alianza Mundial para la Acción sobre Lactancia Materna (WABA) ha instaurado el lema: «Proteger la lactancia materna, una responsabilidad compartida» cuyo objetivo tiene destacar la importancia del apoyo familiar y comunitario de este proceso, evitando la discriminación de las madres en todos los ámbitos, además fomentar e impulsar políticas públicas equitativas de igualdad y programas de salud basados en la evidencia, todo ello en el contexto actual de pandemia que estamos vivenciando.

La pandemia de Covid -19 ha traído grandes consecuencias, el acceso a la lactancia materna no ha sido equitativo. Actualmente, es limitado para las madres que pertenecen a los equipos de salud por la sobrecarga de trabajo y, además, debemos incluir las instrucciones del distanciamiento social, el escaso acompañamiento a la tríada durante este proceso, lo cual hace que las familias lactantes, sean vulnerables a la industria de sucedáneos de leche materna.

Recordemos las recomendaciones de organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sociedades científicas quienes han demostrado los beneficios de esta práctica sobre la salud materno infantil, el contacto piel con piel en el parto, inicio de la lactancia precoz, el alojamiento conjunto de la madre y recién nacido; situaciones que  han pasado a segundo plano por la instauración de nuevos protocolos durante la pandemia, que sumado al desconocimiento sobre los mecanismos de transmisión del virus, así como sus riesgos potenciales, han  influido en la toma decisiones, que claramente han sido perjudiciales para el binomio madre-hijo.

Hoy la evidencia es limitada respecto al  virus SARS-Cov 2 y la lactancia, no se ha identificado presencia del virus en leche materna, la leche materna es el alimento de preferencia para los recién nacidos, considerando los beneficios de esta, en la entrega de inmunoglobulinas que ayudan a fortalecer el sistema inmunitario de los niños y niñas amamantados, los beneficios superan los riesgos, por tanto, no es una limitante amamantar en caso de haber contraído el virus, mientras se tomen las acciones de higienización de manos, uso correcto de mascarilla, no habría riesgos, al contrario solo beneficios para el niño amamantado.

Recordar que la lactancia materna, tiene influencias sociales y culturales. Muchas veces impiden una lactancia óptima, el marketing de alimentos infantiles, falta de acompañamiento e información, generando lactancias interrumpidas a temprana edad, destetes forzados, malas experiencias de lactancia, cargadas de mitos y soledad.

Actualmente, como personas que vivimos inmersas en la comunidad, tenemos la responsabilidad social de proteger la lactancia materna, desde nuestros distintos roles, donde es primordial conocer nuestra realidad local, considerando costumbres y tradiciones.