El consumo en el hogar ha aumentado debido a las medidas y restricciones de movilidad.

Las cuarentenas, el toque de queda y la paralización de la actividad productiva y comercial han impactado en la demanda eléctrica del país. De acuerdo a lo señalado por Iván Zambrano Mol, Docente Área Ingeniería, Instituto Profesional Santo Tomás, sede San Joaquín, las cifras entregadas por el Coordinador Eléctrico Nacional, entre la quincena de marzo y la primera semana de abril, indican que “la demanda diaria de energía eléctrica en Chile se redujo en alrededor de un 5% en promedio. Esta reducción es similar a satisfacer la demanda de 45.000 hogares”.

Según una encuesta de la Cámara de Producción y Comercio, 2 de cada 3 empresas han funcionado a menos del 25% de su capacidad productiva en este periodo, disminuyendo considerablemente el consumo a nivel industrial.

¿Y en el hogar?

El profesional señala que claramente, a nivel productivo, la energía eléctrica ha sido un insumo poco requerido respecto del funcionamiento normal del país, sin embargo, en los hogares es todo lo contario. Las medidas y restricciones de movilidad junto con la campaña “Quédate en casa”, han dado paso a que las personas y familias pasen más tiempo en sus hogares.

“Con la suspensión de clases, el posterior toque de queda y las cuarentenas, se inició el alza en el consumo residencial, aumentando el consumo eléctrico por el mayor uso de electrodomésticos como el televisor, computador, el microondas, el horno eléctrico, el hervidor, la iluminación, etc.”

“A lo anterior, hay que sumar el efecto en la boleta del conocido régimen de tarifas en horario punta que significa un recargo de invierno durante período comprendido entre los meses de abril y septiembre, desde las 18 a 23 horas, sin embargo, se realizó una prórroga de dos meses para iniciar este periodo en el mes de junio, y así no afectar la economía doméstica”.

A modo de ejemplo, un hogar que mensualmente paga una boleta de $25.000 en condiciones normales, ahora en condiciones de confinamiento y restricciones de movilización, el consumo mensual podría aumentar aproximadamente el 30%, es decir, deberá pagar alrededor de $33.000.

Aunque en este periodo solo se esté cobrando un promedio de consumo basado en los últimos 3 meses antes del confinamiento, tarde o temprano deberá pagar todos los watts consumidos.

Para evitar que la diferencia en la boleta sea drástica, Zambrano recomienda algunas conductas que debemos mantener en el hogar y que pueden marcar la diferencia.

  • Desconecte los equipos que no esté utilizando, recuerde que siguen consumiendo energía.
  • Apague las luces que no esté utilizando. Enséñeles también a sus hijos.
  • Utilice la lavadora a carga completa.
  • Utilice el hervidor de agua a carga completa. El agua caliente que quede, almacénela en un termo.
  • Reemplace las ampolletas de filamento por ampolletas eficientes. Si es que aún utiliza este tipo de iluminación.
  • Aumente la temperatura de congelamiento del refrigerador. Como los días están más frescos no es necesario hacer trabajar el refrigerador en su máxima capacidad.

La modificación de nuestras conductas en el uso de la electricidad se traduce en una reducción del consumo eléctrico para satisfacer nuestras necesidades, y en estos momentos, todo ahorro es bienvenido.