Emprendimiento en el fin del mundo:
La historia de las emprendedoras del fotoperiodo para salmones
– “Yo me atrevería a decir que mundialmente somos el proveedor que más sabe de
fotoperiodo”, afirma Ximena Navarro, una de las fundadoras de Bioled,
emprendimiento familiar que nació en 2006 con la idea de generar un cambio sustancial
en la industria del salmón y contribuir a hacerla más sustentable.
El deseo de tener independencia laboral llevó a que en 2006, las hermanas Cristina
y Ximena Navarro, junto a Claudio Bertín, se juntaran para dar vida a Bioled. “Producto de
una idea que nos dio mi marido respecto a la existencia de la tecnología LED y que podría
aplicarse en la salmonicultura, decidimos unirnos para formar una empresa que fabricara
luces de fotoperiodo con tecnología LED”, cuenta Ximena.
Antes de la creación de Bioled, Ximena Navarro trabajó como bióloga marina en
diferentes empresas ligadas a la industria del salmón, en investigación y desarrollo. “Toda
mi vida laboral, antes de Bioled, estuvo dedica a la investigación y a ver cómo potenciar a
la industria. Yo ya sabía cómo generar un producto”, afirma la profesional.
La técnica del fotoperiodo en el cultivo de salmones no es nueva. Antes de Bioled
ya se realizaba, pero los elementos que se usaban eran adaptaciones sumergibles de
equipos aéreos, con todos los problemas que eso conlleva. Además, esta innovación no
estaba bien desarrollada ni muy difundida. Tampoco existían mediciones de variables ni
seguimiento que permitieran visualizar claramente los efectos del fotoperiodo. “Es en
todas estas áreas donde nos enfocamos al momento de crear Bioled y poder brindar un
servicio de calidad y utilidad a todas las salmoneras para lograr marcar la diferencia
dentro del mercado”, señala Ximena Navarro.
“Tener esta innovación, creada por emprendedores regionales, ha permitido que la
industria sea cada vez más sustentable. Hoy, gastamos mucho menos energía a través de
la implementación de las luces LED. Esta pyme es un ejemplo más de cómo existe un
enorme talento en el sur austral de Chile y cómo la salmonicultura puede estimularlo”,
asegura Tomás Monge, de SalmonChile.
Un ejemplo de I+D
Con el pasar de los años, en Bioled se dieron cuenta de que vender luces no
bastaba, sino que era imperativo tener un conocimiento sobre la técnica del fotoperiodo y
medir las variables que se modifican con su uso.

Esta fue la única forma de que esta empresa pudiera ser un real aporte, ya que las
ventajas de las luces no eran solo energéticas, sino que al usar correctamente el
fotoperiodo también se logra una mejora significativa en la eficiencia productiva del
salmón, a través de la reducción del ciclo productivo de 16 a 12 meses y la reducción de la
madurez precoz de los peces.
“Fue entonces cuando decidimos volvernos expertos en fotoperiodo y para lograr
esto potenciamos nuestro departamento de investigación y desarrollo, y lo asentamos
como la base de la diferenciación y crecimiento de nuestra empresa. Tenemos cinco
profesionales con posgrado que aportan a nuestro equipo de I+D, muchos más que el
promedio del país. Con ellos realizamos ciencia aplicada para mejorar la técnica del
fotoperiodo”, indica Ximena.
En esta misma línea, Bioled efectúa anualmente un workshop de fotoperiodo para
mantener a la industria chilena a la vanguardia en este tema.
En el aspecto técnico, este emprendimiento sobresale asimismo en la innovación,
puesto que trabajar con tecnología de punta los obliga a mantenerse al día en todo lo que
se refiere al fotoperiodo. De esta manera, sus lámparas, la tecnología de estas, el
rendimiento, la potencia y la longitud de onda, constituyen toda una innovación llevada a
cabo al interior de la empresa. “Yo me atrevería a decir que mundialmente somos el
proveedor referente en fotoperiodo”, sentencia Ximena Navarro.
El trabajo de Bioled ha traspasado las fronteras del país y sus productos se pueden
encontrar hoy en Canadá y Australia, además de realizar asesorías respecto al fotoperiodo
en estos mismos países.