Para evitar contagiarse, la Dra. Selva Benavente, médico internista de Vidaintegra, entrega los siguientes consejos:

  1. Evita el contacto directo con personas enfermas. Si eres tú el que se encuentra afectado, mantén distancia con otras personas para evitar que ellos se infecten.

  1. Haz reposo en tu hogar si te enfermas. Permanece en tu casa descansando cuando estés resfriado o con gripe. Esto ayudará a evitar que te sobreinfectes y desarrolles complicaciones como amigdalitis o neumonía, además de prevenir el contagio a terceros.

  1. Cúbrete la cara para protegerte de cambios bruscos de temperatura. “En la mucosa respiratoria (nariz) hay unos pelitos llamados silicios que cuando uno respira se mueven, filtran los virus y los expulsan. Con el frío se ponen rígidos, permitiendo el libre acceso de gérmenes al organismo”, explica la especialista. Por eso es conveniente taparse nariz y boca cuando pasamos de un ambiente calefaccionado a otro frío.

  1. No a las aglomeraciones. En este periodo, “hay mucha gente resfriada o con gripe, por lo que es fácil contagiarse. La gente se va a encerrar a los malls y ahí se pescan muchísimos virus”, agrega.

  1. Tápate nariz y boca al toser o estornudar. Cúbrete con un pañuelo o con el brazo al toser o estornudar. La influenza y otras enfermedades respiratorias graves como el virus respiratorio sincicial (RSV), la tos ferina y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), se diseminan al toser, estornudar o al no higienizarse bien las manos.

  1. Evita saludar de beso. “Cuando alguien habla quedan pequeñas gotitas de saliva en sus labios y si está resfriada, será saliva contaminada. Al saludar a otra persona y besar su cara trasmitirá los virus”, enfatiza la Dra. Benavente.

  1. Lavado frecuente de manos. Esta costumbre te ayudará a protegerte contra los gérmenes.

  1. Lavado de cara. Junto al aseo de manos, se recomienda, cuando venimos del exterior, lavarnos la cara antes de saludar a la familia.

  1. Ventila unos 30 minutos al día los ambientes cerrados. De esta forma eliminaremos los virus que estén circulando.

  1. Buena alimentación e hidratación. Es importante tener una dieta rica en proteínas, ya que ayudan a generar defensas y consumir alimentos ricos en vitaminas, en especial la C. Además, debemos preocuparnos de hidratarnos bien, bebiendo al menos 2 litros diarios. “Cuando se tiene la lengua o los labios secos, porque no hemos tomado agua, es más fácil contagiarnos porque al tener las mucosas secas, como los labios partidos, facilitan la penetración de los virus”, manifiesta la especialista de Vidaintegra.

 

Enfermedades invernales y su tratamiento

 

Resfrío común: Fiebre hasta 38 grados, malestar general, dolor de cabeza, tos y congestión nasal. Dura 3 a 4 días. “Se trata con mucho líquido y paracetamol. Se recomienda quedarse en la casa, porque las defensas bajan y es fácil sobreinfectarse”, sostiene la facultativa.

Influenza: Fiebre sobre 38 grados, escalofríos, dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos y de todos los músculos. A veces provoca nauseas o vómitos. Cuando estos síntomas se agudizan, la visita al médico es obligatoria. El tratamiento es con antivirales.

Bronquitis/neumonía: Si no cuidamos un resfrío, podemos desarrollar una bronquitis e incluso una neumonía. Ambas patologías se tratan con antibióticos, ya que son generadas por bacterias. Para diagnosticarlas y tratarlas, se debe consultar a un especialista.

Amigdalitis: Es otra complicación de un resfrío o gripe. Produce un malestar general, fiebre con escalofríos, fuerte dolor de garganta, sobre todo al tragar y pintas blancas en el área. No es producida por un virus, sino por una bacteria, que siempre se debe tratar con antibióticos, por lo que la consulta al especialista es fundamental.