Martín Thiel, director del programa internacional “Científicos de la Basura” entrega su opinión sobre la grave contaminación que afecta las costas de Chile y advierte que, para revertir la situación, es necesario fortalecer las normativas medioambientales y que la comunidad en general asuma un rol más proactivo cambiando sus hábitos.

Como doctor en Oceanografía de la Facultad de Ciencias del Mar, de la Universidad Católica del Norte, y activo participante del Núcleo Milenio Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (ESMOI) y el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), de Coquimbo, Martin Thiel lleva varios años trabajando a nivel nacional.

En 2007 comenzó a trabajar en la organización de ciencia ciudadana “Científicos de la Basura”, una iniciativa internacional que en Chile está integrada por investigadores de la Universidad Católica del Norte (UCN, Coquimbo) y miles de escolares y docentes chilenos. Su objetivo es estudiar la problemática de la basura en el medioambiente a través del método científico para proponer medidas que enfrenten la difícil situación socio ambiental en el país.

La región de Los Lagos no está ajena a esta condición. Según el informe del Tercer Muestreo Nacional de la Basura en Playas de Chile 2016 se constató un aumento continuo en las cantidades de basura encontradas en las playas desde el 2008, en la cual se identificó un promedio nacional de 1,37 unidades de basura por m2 (una unidad de basura corresponde a cualquier pedazo de deshecho, entre papeles, cigarros, plástico. metales y vidrios, etc.). En el 2012, el hallazgo fue de 1,69 unidades por m2; mientras que en el 2016 el resultado fue de 2,15 unidades por m2. En el 2008, se observó que las regiones del sur del país, desde la Araucanía a Magallanes, estuvieron por encima del promedio nacional y, en el 2012, la región de Los Lagos tuvo la segunda mayoría, con 3,73 unidades de basura por m2.

Conscientes de la importancia de informar a la comunidad general de Los Lagos sobre la situación actual del medioambiente en la zona, el PAR Explora de CONICYT Los Lagos, ejecutado por la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt, desarrolla los “Programas de Educación al Aire Libre”. Estas iniciativas buscan incentivar en niñas, niños y jóvenes la valoración y protección de la biodiversidad a través de experiencias significativas en contacto con la naturaleza, pues ellos son un vehículo para concientizar familias y comunidades más cercanas. Es en este contexto, que se quiso entrevistar al Dr. Thiel, quien ha participado de diversos estudios que dan luces de lo que sucede en el territorio de Los Lagos y a través de “Científicos de la Basura” ha logrado motivar e inspirar a otros para que se sumen a la importante cruzada de salvar el ecosistema natural que nos rodea. Para el científico, resulta imperioso que se trabaje para generar conciencia dentro de los establecimientos educacionales y que la población en general asuma un mayor protagonismo en el cuidado del medioambiente, comenzando por acciones sencillas en su vida cotidiana y luego avanzando en iniciativas que tenga un impacto real en el entorno.

– ¿A qué se deben las altas concentraciones de basura en la región?

-A nivel nacional, los principales desechos que se pueden encontrar en las playas son las colillas de cigarros y los plásticos. Basura que dejan principalmente los visitantes de esos lugares. Pero en la región de Los Lagos, especialmente en Chiloé, es distinto: los residuos en su mayoría son de la industria salmoneraEstos desechos son muy fáciles de identificar. Corresponden a cordeles, boyas, rieles, plumavit, etc., que provienen claramente de la acuicultura.

– ¿Qué está pasando?

-Las empresas no han asumido la responsabilidad que tienen y el Estado no ha sido firme en políticas para esto y su fiscalización. Si bien existen normativas como la Ley REP (Ley de Fomento al Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor), promulgada en el 2016, las empresas han tenido dificultad para su implementación porque no saben qué medidas tomar al respecto o no le han tomado la real importancia. Esta legislación obliga a los fabricantes a hacerse cargo de la gestión de los residuos derivados de sus productos.

Por otra parte, en Chile, una de las principales problemáticas es el plástico, por su poca degradabilidad y peso liviano, lo que provoca que lo podamos encontrar a miles de kilómetros del lugar donde ingresó al medio ambiente. Además, el incremento de la producción de plástico por parte de las empresas también influye, porque los consumidores tienen pocas opciones de elegir envases y materiales reutilizables. Por ejemplo, si queremos comprar agua mineral no tenemos la opción de elegir entre una botella desechable y retornable.

 – ¿Qué se puede hacer frente a esta situación?

-Lo primero que se debe hacer es instalar la problemática en las instituciones públicas y en las empresas. Porque no ganamos nada si educamos y sensibilizamos a los niños en los colegios sobre la temática, pero después ellos salen al mundo y los están ahogando con un tsunami de plástico. Es importante que las empresas hagan lo suyo y los gobiernos de turno las fiscalicen.

– ¿Cómo se puede promover un cambio y qué rol tiene la comunidad en ello?

-Las soluciones están sobre la mesa y no son cosas del otro mundo. Es algo que se puede hacer y solo requiere un poco de voluntad política. Requiere responsabilidad de los productores, empresas y también de la voluntad de nosotros como consumidores de cambiar nuestros hábitos y tomar un rol más proactivo en esta temática, generando una movilización ciudadana que provoque un cambio en la sociedad, así como lo buscan los Científicos de la Basura, que hicieron su pega y “Ahora te toca a ti”. Este es nuestro nuevo eslogan, que presentamos en todo el país porque representa el desafío que tienen todos los sectores de la sociedad. Hoy se requiere que todas y todos, incluyendo la industria y el comercio, asumamos nuestras responsabilidades, tomando conciencia y aprendiendo a convivir con nuestro ecosistema.

– ¿Cuál es la labor actual de “Científicos de la Basura”?

-En estos momentos estamos a full preparando una encuesta que realizarán escolares saliendo a las calles para entrevistar a la gente de su sector sobre su opinión y conocimiento sobre la basura y el medioambiente. Además, se preguntará cómo se debería resolver esta problemática y que es lo que ellos mismos están dispuestos a hacer para resolver esta situación. Se trata de una encuesta internacional donde participarán estudiantes de Chile, Ecuador, Perú, Colombia, Panamá, Honduras, Guatemala, Costa Rica y México.

– ¿Por qué se necesita una solución pronta?

El centro del Océano Pacífico Sur concentra con el tiempo toda la basura plástica por su gran sistema de corrientes. Con unos colegas hemos hecho estudios en los que utilizamos modelos oceanográficos que indican cómo se mueven las corrientes y estos indican que la basura en las costas de Chile contamina de forma muy rápida organismos como especies de peces y aves marina, las que tienen alta incidencia de micro plástico en sus estómagos. Si esta problemática sigue en crecimiento, se producirán efectos gravísimos en el entorno y también en la fauna marina. La mayoría de los estudios han sido con peces adultos, pero lo más probable es que las larvas de peces pequeños, que son más delicados, tengan mucho más riesgo.

En los últimos diez años, el problema de la basura en las costas ha tenido un aumento relativamente leve. Personalmente creo que todos los trabajos de concientización de todas las organizaciones no gubernamentales han ayudado un poco a que no haya habido un incremento dramático, como sí ha ocurrido en otras partes. Pero de igual forma es urgente hacer algo ahora ya.

Durante la última década se han impulsado importantes iniciativas ciudadanas (ONGs, Puntos Limpios, etc.) y gubernamentales (legislación) enfocadas en detener esta problemática. Sin embargo, a pesar de todas ellas, aún no se evidencia una clara tendencia de disminución de basura antropogénica en el ambiente y en las aguas costeras de Chile. Cambiar hábitos, reducir el consumo de plásticos y acogerse a las normativas medioambientales sigue siendo un gran desafío para la comunidad y las empresas, uno que cada vez es más urgente que todos asumamos.