En la actualidad, y producto del proceso globalizador, las forma de entender el funcionamiento de las organizaciones se ha complejizado a tal punto que es necesario considerarlas como entidades multisistémicas. Esto es así, ya que los productos y servicios que ellas ofrecen se ven condicionadas en función de los continuos cambios que se dan en la sociedad, y que pueden ir desde elementos sociales y económicos a aquellos relacionados con la cultura y el uso de la tecnología. Así entonces, y en aras de lograr el mayor desarrollo, las organizaciones han entendido que actualmente requieren de profesionales que no sólo presenten competencias y dominios asociados al bien y servicio a ofertar sino también requieren de profesionales que tengan una visión sistémica y con una clara mirada estratégica respecto a lo que ha de ser el posicionamiento de la organización no sólo en el mercado actual sino también en el futuro. Producto de esto, el profesional con competencias y dominios de las técnicas asociadas a la comunicación estratégica ha aumentado su valoración en el mercado laboral.

En esencia, un profesional que tenga competencias asociadas a la comunicación estratégica no sólo ayuda a evidenciar la misión de la organización sino que también se transforma en un actor esencial de su funcionamiento, ya que consolida dentro de las unidades que operan en la organización caminos comunes que ayudan al cumplimiento de los objetivos macro. No obstante, sus aportes no se limitan a la dinámica interna de la organización, sino también alcanzan una dimensión externa; función que hoy se reconoce como una de las más importante. Esto es así, ya que el comunicador estratégico se transforma en un actor que trabaja en prospectiva, analizando potenciales escenarios que pudieran afectar positiva o negativamente a la organización. A su vez, y bajo esta misma función, el comunicador estratégico se transforma en un puente de la relación de la organización con la sociedad. Esto es así, ya que es uno de los profesionales que debe materializar a la responsabilidad social como una manifestación de reciprocidad y buena vecindad.

De este modo, la existencia de profesionales que dominen las herramientas asociadas a la comunicación estratégica no sólo es fundamental en el logro de los objetivos organizaciones sino que también le ofrece a la organización una ventaja competitiva respecto a sus competidores, ya que convierte a la organización en una entidad que opera como una unidad en el orden interno y que ayuda a la validación de ésta por parte del entorno al consolidar una relación que evidencia un respeto y coexistencia que no debe estar condicionado a los fines económicos de la organización.

 

Pedro Díaz Polanco

Director de la Escuela de Administración Pública

Universidad Austral de Chile