Durante bastante tiempo, se ha concebido a la fonoaudiología como una disciplina centrada en la atención de la población infantil y es conocida por su labor en salud y educación, encargándose de la evaluación, diagnóstico y terapia de niños con alteraciones de lenguaje y habla. Pero el campo de acción del fonoaudiólogo es más amplio, ya que asiste a pacientes a lo largo de todo su ciclo vital, con alteraciones del lenguaje, habla, voz, audición, deglución y/o motricidad orofacial (respiración, succión y masticación). Todas estas áreas, esenciales para la comunicación y desarrollo humano, permiten un desenvolvimiento efectivo en la sociedad.

“El fonoaudiólogo también actúa en la promoción y prevención de la salud en la población, a través del autocuidado de la voz y la audición, educando en los factores de riesgo, reconocimiento de alteraciones para una detección oportuna y colaboración con profesionales de la educación y siendo parte de un equipo de salud. Por ello, es frecuente encontrar fonoaudiólogos en servicios de neonatología realizando pesquisas auditivas y estimulando tempranamente a pacientes en riesgo y en diferentes programas gubernamentales”, explica Fabiola Soto Subiabre, fonoaudióloga y docente planta de la carrera de Fonoaudiología de Universidad Santo Tomás, sede Puerto Montt.

De esta forma, el desarrollo actual de la fonoaudiología, le permite ser una profesión universitaria con sólidos conocimentos, habilidades, flexibilidad y formación ética y humanista, dedicada al cuidado y desarrollo normal del habla, lenguaje, voz y audición, contribuir al diagnóstico de sus alteraciones y colaborar en su tratamiento. Todo lo anterior, en un amplio campo laboral;  hospitales, clínicas, colegios, centros de rehabilitación y ejercicio privado, formando parte de equipos multidisciplnarios, considerando el enfrentamiento integral del paciente y familias y el compromiso con su desarrollo e incorporación plena a la sociedad.

 

Práctica en laboratorios de alto nivel

 

De acuerdo a lo señalado por el director de la carrera de Fonoaudiología de Universidad Santo Tomás, Víctor Calvo; “para la adquisición de todas estas competencias, los estudiantes de fonoaudiología de Santo Tomás cuentan con tres modernos espacios; un laboratorio de audiología, que contiene equipos especializados en la evaluación auditiva y vestibular de niños y adultos, un laboratorio de fonética y voz, destinado al análisis acústico de la voz, el habla, rehabilitación en voz y motricidad orofacial y un tercero consistente en una sala multifuncional en la que se realizan entrevistas y atenciones de lenguaje en pacientes adultos”.

 

“Con esto, destacó, desde el primer año, los estudiantes poseen una temprana vinculación en las experiencias prácticas, además de aplicar estrictos estándares de calidad a nivel nacional, lo que favorece el proceso de aprendizaje de actividades de cátedra y laboratorio, así como también el nivel de equipamiento. De esta forma, los futuros profesionales desarrollan habilidades con la misma tecnología a la que se verán enfrentados en el mundo laboral”.