Una auditoría de inventario inicial a la mercancía que transporta y una revisión física al buque biblioteca “Logos Hope” realizaron fiscalizadores del Servicio Nacional de Aduanas. El trabajo permite que los libros ingresen a Chile con una admisión temporal y que la comunidad los adquiera con mayor facilidad.

El Director Regional de la Aduana de Antofagasta, Laureano Soto Vega, explicó que en virtud al rol institucional de facilitación y control del comercio internacional se aplicó una estrategia especial. “Los libros, juguetes y demás artículos que vende el barco son mercancía importada y como tal se rigen por las normas chilenas, por lo tanto, lo que hicimos fue levantar un inventario inicial en su ingreso a Chile y posteriormente se realizará la misma acción antes de salir del país. Con ello evitamos cualquier evasión y permitimos que la comunidad acceda con mayor facilidad a las compras”.

La labor aduanera consideró reuniones previas con otros servicios públicos y también con la agencia naviera a cargo de la estadía del buque, dado que la nave permanecerá durante tres meses en Chile en los puertos de Antofagasta, Valparaíso, Talcahuano y Punta Arenas.

El “Logos Hope” mide 132,5 metros de eslora o largo y 21,6 metros de manga o ancho. Es la biblioteca flotante más grande del mundo y su tripulación la componen 400 voluntarios de al menos 60 países distintos, entre los cuales hay 4 chilenos.

Karla Guzmán, coordinadora de proyecto de visita del buque en Antofagasta, destacó el trabajo realizado por el Servicio Nacional de Aduanas “porque sin su ayuda y apoyo no podríamos estar aquí. Han sido pieza clave para que podamos estar abiertos y todas las familias puedan venir”.